Rugby tras las rejas: los presos también imparten justicia en Villa Urquiza

Rugby tras las rejas: los presos también imparten justicia en Villa Urquiza

Los miembros del equipo del penal, “Un Pase a la Libertad”, tienen la posibilidad de formarse como árbitros, en un curso que está a cargo de Nicolás Kozameh.

UNIÓN. Los jugadores de Cobras y UPAL comparten un momento en cancha. UNIÓN. Los jugadores de Cobras y UPAL comparten un momento en cancha.

Con un amistoso ante Cobras R.C. de Banda del Río Salí, “Un Pase a la Libertad” (UPAL), el equipo de rugby de los internos del penal de Villa Urquiza, cerró su octavo año de actividad. El encuentro fue con triunfo para los locales, pero más allá del resultado, lo más importante fue la nueva posibilidad que tuvieron los integrantes del equipo de medirse deportivamente, y compartir tanto dentro como fuera de la cancha, con una institución externa.

Desde sus inicios, UPAL tiene el propósito de poder inculcar los valores del deporte, y más específicamente del rugby, a los internos que se den la oportunidad de practicar la disciplina. Hasta ahora, según aseguraron los distintos responsables, los resultados han sido más que positivos.

“Ha sido un año medio complicado, porque no pudimos jugar mucho. Disputamos tres partidos en el año, y la ansiedad de la gente privada de la libertad se hace muy grande. Terminar el año con un partido, y que hayan venido sus familias a acompañarlos fue muy importante. Creo que es un año positivo: terminamos con un buen número de jugadores, y con muchas ganas de continuar el año que viene”, analizó Patricio Perondi, entrenador de UPAL, y uno de los fundadores del proyecto. Y también jugador, al menos durante el amistoso ante UPAL: Perondi se dio el lujo de jugar el primero de los tres tiempos que disputaron los locales y los bandeños.

“Este es el octavo año que estamos con esto, y cada vez se suman más internos. De eso es lo que se trata. Obviamente que considero que todos los deportes ayudan en contexto de encierro, pero al rugby le veo un plus, por todos los valores y principios que transmite, y es lo que trato de inculcarles a todos los jugadores de UPAL”, explicó Perondi, que también aseguró que hay un cambio muy positivo en todos los integrantes del equipo. “Lo veo reflejado en sus familias, cómo los chicos se van alejando de las adicciones, y piensan que puede existir mañana una segunda oportunidad”, indicó al respecto.

El proyecto arbitral

Desde 2021, en UPAL no sólo se contempla la posibilidad de practicar el rugby, sino que, además, los internos tienen la posibilidad de formarse como árbitros, en un curso que está a cargo de Nicolás Kozameh, experimentado referí.

“Los internos recibieron muy bien el curso de arbitraje. Tanto ellos como los empleados del servicio penitenciario me trataron muy bien. El rugby les encanta”, aseguró Kozameh.

Esta alternativa es una modalidad inédita no sólo en Argentina, sino en el mundo. Y que, además, puede seguir escalando, ya que está bien encaminado un proyecto para que aquellos internos que se reciban de árbitros puedan dirigir, permiso judicial mediante, partidos oficiales de competencias de la URT.

“Ya hay un tratamiento hecho; la jueza de ejecución, la Dra. Iacono, aprobó el año pasado una autorización para que los internos que egresaron como árbitros puedan dirigir partidos de rugby oficiales programados por la URT”, detalló Kozameh. Son ocho los internos que ya se recibieron de árbitros, y que podrían comenzar a dirigir oficialmente en 2024.

Para que se pueda concretar la posibilidad de que los miembros de UPAL arbitren partidos oficiales, restan detalles, aseguró también Perondi. “La idea es que el año que viene puedan salir a dirigir algunos partidos, con el permiso que lo dará la jueza de ejecución. Eso es muy positivo. Es lo que ayuda realmente a la reinserción social, que es lo que buscamos con el deporte”, sostuvo Perondi.

En primera persona

Samuel de la Silva, uno de los integrantes de UPAL, contó a LA GACETA de qué manera impactó el rugby en su vida.

“El rugby para mí, hoy por hoy, es un cable a tierra. Me ayudó todo el tiempo que estuve privado de libertad, me formó como persona”, contó De la Silva, que forma parte del equipo desde sus inicios, en 2015.

“En mi familia practicaban rugby. Afuera tuve la oportunidad de practicarlo pero nunca quise, siempre pensé que era un juego torpe. Acá adentro vi que era todo lo contrario, que es una disciplina que te forma como persona”, relató De la Silva. Tal es la pasión por el deporte y por el equipo que desarrolló Samuel, que pese a tener salidas transitorias todos los días, elige quedarse en el penal los martes y jueves para formar parte de los entrenamientos, cumpliendo también, según remarca, la función de sostén para sus compañeros.  “Trato de seguir contribuyendo y seguir formando parte para que otro compañero transite lo que yo estoy transitando”, subrayó.

Pero, además de jugarlo, De la Silva también se involucra con el rugby de otras maneras. Por un lado, con esta nueva posibilidad que surgió con el curso de arbitraje. “Lo finalicé el año pasado y ya soy árbitro. Es muy bueno tener las dos perspectivas, como jugador y como árbitro”, afirmó Samuel, que cuenta que, por ahora, sólo dirigió en partidos recreativos, pero se ilusiona con hacerlo en partidos oficiales.

Por otra parte, De la Silva completó, en el penal, sus estudios terciarios, y es ayudante en kinesiología, algo que también pone en práctica.  “Mi próximo objetivo es poder finalizar la carrera de kinesiología”, anticipó Samuel, que destacó, en varias oportunidades, la importancia del programa UPAL, y sus ganas de colaborar para que siga adelante.

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