Jakeline Acosta, la colombiana que llegó a Tucumán para estudiar en la universidad y se enamoró del fútbol

Zuluaga Acosta llegó a Tucumán por estudios y juega en Aliadas, que no pudo lograr el título de supercampeón.

ENCANTADA. Jakeline se enamoró de las costumbres tucumanas y sobre todo, del buen fútbol. LA GACETA/DIEGO ARÁOZ.

Por Gonzalo Cabrera Terrazas 02 Diciembre 2023

El torneo de fútbol amateur de Las Cañas despidió el 2023 de una manera magnífica. En el predio de Avenida Perón y Las Rosas se disputaron un total de 35 partidos con todos los condimentos que una definición de este tipo merece. Compañerismo, sonrisas, música, abrazos y buen juego fueron los condimentos predominantes en las canchas de Yerba Buena, que tuvo un cierre de fiesta a lo grande con el tradicional tercer tiempo.

Los partidos de damas y caballeros fueron bien convocantes. El único sonido que tomaba fuerza luego de cada duelo, era el grito de “dale campeón”. Si bien nadie le podía borrar la sonrisa a los súpercampeones en la tarde de sábado, aquellos que no conquistaron el trofeo también celebraron el haber podido cerrar una nueva jornada repleta de fútbol.

En la categoría Femenino 7 A, Aliadas no logró hacer pie y cayó 3-0 contra Detectables. Sin embargo, Jakeline Zuluaga Acosta valoró el esfuerzo de sus compañeras más allá del resultado y aseguró que disfruta al máximo cuando rueda la pelota, una pasión que surgió hace tiempo.

Zuluaga es colombiana y debido a las pocas oportunidades en su país, decidió probar suerte en Argentina. Hace cinco años vive en la provincia y está a punto de terminar un doctorado en ciencias biológicas.

“Vine sola porque las oportunidades en Colombia para estudiar son costosas. La educación dicen que es pública, pero igual uno tiene que pagar la matrícula. Entonces no es tan accesible como acá y los posgrados son mucho más costosos. Entonces podía venir y tener esa experiencia en una educación pública”, aseguró la mediocampista de Aliadas, que empezó a jugar en el equipo debido a una frustración. “En realidad yo siempre jugué baloncesto en Colombia, pero cuando llegué acá no era muy común que las chicas jugaran y era difícil encontrar equipos. Entonces, como me gusta practicar deportes, me invitaron a jugar al fútbol”, explicó la colombiana de 28 años. “Me imaginaba que el básquet era un deporte muy equitativo como el fútbol, porque en Colombia lo es. Sin embargo, tengo que reconocer que amo el fútbol. Aquí soy hincha de Atlético, otros equipos que sigo son Racing y River. Me invitaron a la cancha y fue una experiencia muy impactante para mí. Es muy diferente a cómo se vive en Colombia. El argentino tiene mucha pasión y fanatismo por el este deporte. Todo el tiempo están cantando y alentando; se saben todas las canciones. En cambio, en Colombia no es tan así”, analizó. “Si tuviera que elegir a un equipo de mi país, me quedo con América de Cali y Deportes Quindío, que es de donde yo soy”, agregó.

Jakeline disputa cada pelota cómo si se tratara de la última, por una simple razón: el amor por el deporte. “Siento que es una manera de dispersarme, de relajarme y de desconectarme de mi rutina. Agradezco mucho que hayan estas oportunidades de poder tener uno un espacio como Las Cañas, donde se puede hacer deporte algo que es bueno para la salud”, sostuvo Zuluaga, quién se considera una amante de la naturaleza y de todo lo relacionado al arte en general.

“Siempre hay lugares muy lindos y cascadas por conocer en esta provincia. Se puede hacer trekking y también hay actividades culturales como el Septiembre Musical. La cultura acá está muy bien influenciada y eso me gusta bastante”, advierte. “Pese a todo eso, lo que más me costó fue el clima. Tienen una amplitud climática muy grande. Pueden estar en invierno, a cero grados, y en verano casi hasta 40. Es como que en el lugar en el que yo vivía en Colombia estaba en el centro del país, entonces era un clima cálido. Pero no era ni mucho calor ni mucho frío”, aseguró.

Si bien todo parece alegre en su vida, Jakeline sufrió bastante la devaluación de la moneda argentina y la distancia con su familia. “Hace unos años Argentina era como que estaba mucho mejor visto porque era un país más estable económicamente. En el tiempo en el que yo llegué, les convenía a los argentinos viajar a Colombia porque la moneda estaba mejor. Cuando vine, por un dólar me daban $28 y hoy vale $1.000. Si bien el país se ha visto afectado en muchos aspectos, para mí sigue siendo aún valioso porque tienen muchos recursos. Siguen teniendo salud y educación pública que en Colombia no lo hay”, concluyó la colombiana que cerró la tarde de Las Cañas disfrutando junto a sus amigas.