El hombre que asustó a los argentinos en Tucumán

Entre octubre y noviembre de 1936 actuó en Tucumán el hombre que asustó a varias generaciones de argentinos. Sus programas de televisión aún son recordados. Sus películas, también. Nombres como Elmer Van Hess, Héctor de Rodas, Drácula o hasta el genocida Adolf Hitler fueron algunas de sus interpretaciones a lo largo de su extensa carrera. El terror y la ciencia ficción, la muerte, los robots, el policial negro se incorporaron magistralmente en su repertorio. El “Hombre que volvió de la muerte” o “El pulpo negro” son algunas de sus reconocidas producciones. Estamos hablando de nada más y nada menos que del actor español Narciso Ibáñez Menta.

Incorporado a la compañía teatral de la actriz argentina Josefina Serrador Marí y con la que se había casado en 1934 se presentó en el “Jardín de la República” con un gran éxito de público durante la temporada en el teatro Alberdi que se extendió más de un mes entre el 16 de octubre y el 23 de noviembre. “Narcisín” como era conocido en aquel tiempo, tenía 24 años, y compartía cartel como protagonista masculino del grupo con su cuñado Esteban Serrador, otra de las figuras de la compañía. El debut de los actores fue precedido por una crónica que decía: “demás está hacer elogios de estas figuras; bastante nombrarlas. Ellas son Pepita Serrador, Teresa Serrador, el veterano don Esteban, padre de las anteriores, su hijo el primer actor Esteban Serrador Marí. Narciso Ibáñez Menta, el celebrado Narcisín, los padres de este, Narciso Ibáñez y Consuelo Menta”.

La troupe se completaba con las actrices Aurora Mendoza, Cristina Ortega, Consuelo Rey, Pilar Samper, Blanca Burgueño y los actores José y Vicente Perlá, Jaime Walfich y José Campo.

Padre Ramón

“El místico” fue la obra elegida por Ibáñez Menta para protagonizar en nuestra provincia. Según la crónica “en el papel de Padre Ramón puso en juego todas sus aptitudes interpretativas hasta conseguir un efecto dramático que fue bien recibido por el público”. Se señaló que constituyó un éxito merecido y un premio a la actuación de Narcisín.

La obra fue escrita por el dramaturgo catalán Santiago Rusiñol, fue traducida al castellano por Joaquín Dicenta. Es un drama intenso y profundo en el que se resume la hipocresía humana contra la que se rebela su protagonista (el Padre Ramón), clamando como Cristo por la verdad y el amor; reseña la tapa de una edición de principios del siglo XX.

La Guerra Civil española

Una historia especial merece contarse sobre la farsa de Pedro Muñoz Seca, “El gran ciudadano” estrenada el 24 de octubre de 1936 en nuestras tierras. “Es una obra de gran trascendencia y de palpitante actualidad, pues en ella el autor analiza, criticando con acritud y fino humorismo, varios aspectos de la realidad política de España”, expresaban nuestras páginas.

Muñoz Seca era un dramaturgo y escritor español muy crítico de la República, que gobernaba España. A mediados de julio de 1936 comienza la Guerra Civil en la península, y nuestro diario seguía el conflicto con una gran cobertura. El 28 de noviembre, a cuatro meses de iniciado, Muñoz Seca es detenido en Barcelona por las fuerzas leales al gobierno por “albergar ideas monárquicas y católicas” y es fusilado en Paracuellos de Jarama. Dejó una extensa producción compuesta por más de 160 obras. Para el debut se eligió otra creación de Muñoz Seca, “Sola”, que “ha probado nuevamente en esta producción, su gran ingenio, su dominio del teatro y su fecundidad, factores que le han puesto en primera fila entre los comediógrafos de su tiempo”.

La compañía siempre actuó a sala llena durante las más de 30 jornadas que estuvo aquí. Nuestra crónica destacaba la actuación de la primera actriz Pepita Serrador protagonista del poema dramático “Cancionera” de los hermanos Alvarez Quintero, “que el elenco interpretó con singular acierto destacando la labor de Pepita, que encarnó una protagonista acertad y muy meritoria”.

Otra de las actuaciones destacadas fue en la obra del autor inglés John London “Shanghai”, “cuyo argumento original y su hábil desarrollo hallaron relieve en la labor interpretativa de los artistas de la Compañía de Comedia; el rol de ‘Madre Condena’ a cargo de Pepita Serrador, así como los principales papeles masculinos en manos de Esteban Serrador y Narcisin, sobresaliendo del conjunto”.

En la obra “Corazón ciego”, la comedia escrita por Gregorio Martínez Sierra, Pepita Serrador volvió a deslumbrar a los tucumanos con “una brillante interpretación”. En cuanto a la figura del hermano de la anterior, Esteban, el cronista resaltaba la imponente figura del actor en el escenario a la que “Tucumán siempre le rindió un acendrado tributo de simpatía y admiración muy merecido y al que calificó como merecedor de todos los homenajes por haber puesto al servicio de la causa del teatro noble y educativo su juventud, sus entusiasmos y sus energías con un máximo de eficiencia”.

En los días finales de la exitosa temporada, se realizaron dos puestas: una en el Alberdi y la otra en la Sociedad Española.

En el teatro presentaron “Prostitución”, obra dramática del autor español Luis Fernández Ardavin estrenada en 1933 que cuenta la vida de una mujer en una “mancebía” (prostíbulo en España) y sus fracasos para dejarla. “El público no escatimó sus aplausos a los intérpretes que estuvieron muy lúcidos en las escenas de mayor dramaticidad”.

Para la función familiar del 21 de noviembre de 1936, una de las últimas actuaciones, el grupo puso en escena la obra “El místico”. Ese mismo día se presentaron en el salón de actos de la sociedad con la comedia dramática “Ni al amor ni al mar” de Jacinto Benavente. “La papirusa”, una obra presentada en España hacia fines de 1935 de los autores Adolfo Torrado y Leandro Navarro era estrenada poco meses después en Tucumán,

Nuestro cronista señalaba que había tenido un extraordinario éxito en los teatros de España y Buenos Aires. “Es una comedia de corte moderno, en la que los autores desenvuelven un asunto sentimental con originalidad e ingenio poniendo en evidencia su dominio de la técnica teatral”.

Función social

La compañía, según nuestra crónica, “a fin de poner al alcance de todo público la obra cultural que significa el conocimiento de las obras que forman su repertorio, la empresa ha resuelto fijar precios populares para sus funciones”. Según la cartelera de espectáculos de entonces, una entrada en horario vespertino alcanzaba los 80 centavos; mientras que para las funciones nocturnas alcanzaban un peso y un peso con cincuenta los fines de semana. Como comparación, un vestido para mujer valía desde 30 pesos hasta 45; y un traje a medida para hombre, alrededor de 50. El grupo presentó una cartelera compuesta por más de 30 títulos.

Narciso Ibáñez Menta se presentó junto a la compañía de su esposa Josefina Serrador Marí. En el Alberdi