La polémica por el funcionamiento de Uber en la provincia, cuya utilización se prohíbe por ahora por considerarlo ilegal, desembocó en una serie de expresiones de distintos sectores políticos, a favor y en contra. Nada nuevo desde este sector: críticas, reclamos, opiniones desde una postura de ciudadano común (aparentemente no la tienen clara desde su función). O sea, lo expresé en otra ocasión: nada que nosotros no podamos discutir en la mesa de un bar. Particularmente me llamó la atención lo expresado en el Concejo capitalino desde diferentes líneas políticas. Lo de siempre: crítica y condena feroz al intendente -” la situaciòn de los taxis es desidia (control del Ejecutivo municipal) “-; a organismos -”Suttrapa ha fracasado”-; a instituciones -”el Estado no se hace cargo”-. La pregunta que nos hacemos (permítanme la licencia de hablar por otros) es: ¿y ustedes no son de la partida? Es decir, ¿su función sigue limitándose a sentirse con derecho a señalar los errores y falencias de los otros? Insisto: siguen sin interpretar el grito de las PASO. La impotencia de la ciudadanía de no observar en las decisiones “políticas”: conocimiento, capacidad, idoneidad, creatividad, propuestas, negociación con sus pares para impulsar en otros órdenes del sistema cambios y mejoras. Sólo el lamento constante: “ no tenemos injerencia, no nos escuchan, no nos atienden, es competencia del Ejecutivo”... etc. etc. Ahora quizás ¿entienden por qué la propuesta de un candidato a presidente de recortes en cargos políticos que para él no tienen sentido porque no cumplen bien sus funciones, fue escuchada y apoyada con el voto? Porque es notorio que el bienestar de la sociedad no está siendo un objetivo... sí el conservar un cargo que otorga poder, medios económicos, muchas facilidades a las que el ciudadano no tiene acceso, etc. Viene al caso preguntarse cómo se aplicaría la frase de Maquiavelo en este tema: “las minorías no tienen sitio cuando las mayorías tienen dónde apoyarse”. Creo, particularmente, que tenemos demasiadas minorías interesadas en sus propios beneficios... y a nosotros, cada vez se nos corre más el punto de apoyo... diluyéndose paulatinamente.
Hilda Cristina Ponce