Las redes fueron el único espacio para el humor político

Las redes fueron el único espacio para el humor político

Política, arte y streamers. El tridente, casi imposible en tiempos de Tik Tok e instantaneidad, fue posible en el preámbulo de estas elecciones primarias y uno de los fenómenos más curiosos y alegres de este proceso electoral. Fue, quizás, la única posibilidad que hubo para poner el condimento que faltaba a esta campaña: humor. Tono que a partir de ahora quizás se vaya desdibujando con el correr de las definiciones de cara a octubre, con un panorama más definido y menos candidatos para “jugar”.

Es que el juego fue justamente el disparador de un capítulo desopilante de la política argentina, tan acartonada en los últimos años, encerrada en discusiones sobre la grieta, la casta y sus internas. Lejos de los búnkers y los expertos en comunicación política, usuarios de redes sociales concentraron toda su creatividad para crear jingles de campaña, un nuevo cancionero argentino tan amplio como el espectro político que llegó a estas elecciones internas.

En un video se puede ver a Juan Grabois riéndose de uno de los jingles armados para él por sus seguidores. Tiene la música de “Cable a tierra”, de Fito Páez y arranca con esta estrofa: “si estás entre votar y no votar, si ya sentís que Massa es mucho que tragar, si no sabés qué hacer en estas PASO, Juan es el presidente”. En su cuenta también compartió a un banda de metal argentino que lo homenajea diciéndole “cada voto cuenta y vos con tu indecisión, ya no tengas dudas que llegó tu salvador”. El precandidato se ríe y capitaliza el mensaje para llegar a los más jóvenes.

En otro extremo del espectro político también hay creatividad para un video de Tik Tok. “Pero sus ojos se clavaron en mí, me miró y me empezó a decir ‘yo lo que quiero es dolarizar y prender fuego el Banco Central, con una economía liberal’”. La melodía es de “Provócame”, el inolvidable hit de Chayanne, pero aquí no aparecen seductoras coreografías, sino un Javier Milei exaltante y en escenarios colmados de fans. Y fue quizás el propio Milei quien comenzó con esta oleada de jingles cuando en 2021 comenzó a corear en sus actos el tema “Panic Show”, de La Renga, para referirse a él mismo como “el león” o “el rey del mundo perdido”.

Irónicos, desopilantes, pero con buen ritmo y melodía. Rock, cumbia, trap y cuarteto para promover, con convicciones o sarcasmo, a candidatos que difícilmente sostengan un buen swing. No podía ser de otra manera en un país tan rico en música popular, capaz de entregar canciones históricas para estadios de fútbol colmados de pasiones. Con mayor o menor producción, los jingles políticos hechos en casa son una auténtica manifestación de unas elecciones no son del todo apáticas, al menos para estos productores. Algunos cantan y tocan el piano, otros la guitarra, utilizan pistas de los temas originales y aquellos con menos destrezas se las arreglan para cantar sobre el tema original.

“Somos cómplices del PRO, no hacemos pero figuramos, buscamos ganar en las PASO, pero ese primo tonto es una trampa de Mauricio. No votes a un DJ, no sabe qué es un subte, Santoro no va a vencer, para tibios votá a Lousteau”. Una estrofa versionada de “Prófugos”, de Soda Stereo, sirve para dibujar la elección de la ciudad de Buenos Aires y de paso sacar más de una sonrisa.

“Tuve tu veneno” de Natalia Oreiro también se puede leer en clave peronista para apoyar nada más y nada menos que al exsecretario de comercio kirchnerista. “Y ahora sé que a los de la UCDE y a esos radicales ni los quiero ver, y ahora que decido por quién votaré, peronismo yo quiero tener, Guillote Moreno, antes que tibios, prefiero termos”. O el pop de los ochenta puede servir para convencer a los indecisos y votar a Sergio Massa con el tema “Pronta entrega” de Virus: “sofocado por el mundo y la inflación, busco un pacto de unidad, no quiero ver la derecha gobernar, quiero un tipo visceral. Me puedo entusiasmar con Wado y con Grabois, pero hay que ganar, Sergio es lo más”.

Para encontrar estos jingles había que bucearlos en cuentas de terceros o en las redes de los propios candidatos. Pero hubo un canal de streaming que vio el potencial de esta movida colectiva y creó “La fábrica de jingles”, una sección del canal Gelatina en Youtube, conducido por Pedro Rosemblat, Ivana Szerman y Marcos Aramburu. El compilado se viralizó tanto que en las últimas semanas recibieron más de 1.000 jingles enviados por su audiencia. A días del cierre de campaña, el medio publicó un “mix de jingles” que en pocas horas llegó a más de 25 mil reproducciones. Creatividad y monetización en un solo corte.

El repertorio puede ser infinito. Música popular en redes sociales no puede fallar. Un millar de artistas anónimos le pusieron color a esta campaña sin importar quién ganaría. Lo crucial fue ser lo más original posible y que la melodía y la rima fuesen de la mano. Un capítulo más de cómo la agenda política puede resignificarse de formas impensadas y un motivo para celebrar la ocurrencia con la que los argentinos ya sabemos sobrevivir en cada crisis en nuestra historia.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios