10 Agosto 2023
En el umbral de las PASO, un informe periodístico, procurando atemperar el repudio del pueblo argentino hacia el prestamista internacional, asegura que la tasa de interés que cobra el organismo de crédito en sus operaciones de “salvataje” apenas llega al 3% anual. El dato, no reparó en los prodigios matemáticos que la ingeniería financiera pone a disposición de las finanzas internacionales, y en esta ocasión al servicio del FMI. No obstante la trama que protege las maniobras del “usurero” internacional, alguien descifró la simbología que esconde información ocultada a la opinión pública, por el Presidente y el entonces Ministro de Economía Martín Guzmán (“Negociaciones con el FMI”, LA GACETA, 08/11/21) cuando se firmó el acuerdo con el FMI en 2022. La descodificación muestra, que la tasa de interés “impuesta” fue del 4,033%, que presionada por sobretasas, llevaron la Tasa Anual Efectiva al 7.033% anual, es decir más del doble de la tasa informada oficialmente. La combinación de variables financieras, disimuladas por la expresión “sobretasa”, aumentó la TAE al incorporar a la tasa inicial del 4,033%, los siguientes porcentajes: el 2%, por la concesión de un crédito “desproporcionado” ( La Deuda”, LA GACETA 25/09/20) en función de la cuota de Argentina; el 1% por tratarse de un crédito concedido por plazos “mediano”, y/o “largo plazo”. Estas maniobras financieras, más el hecho de que el FMI controló la economía argentina durante 41 años, a partir del acuerdo Breton Woods firmado por Pedro Eugenio Aramburu en 1956, que abrió la tranquera para que ingrese la “patria financiera” al País, fue el inicio de los sucesivos endeudamientos, y por ende el estancamiento económico, fruto del condicionamiento y las imposiciones del acreedor.
José Emilio Gómez
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