El campesinado paraguayo reclama una reforma agraria

ASUNCION.- Unos 10.000 campesinos coparon ayer las calles de la capital paraguaya para exigir al gobierno del socialista Fernando Lugo que implemente las reformas que prometió, en la mayor protesta del sector desde que el ex obispo asumió la presidencia. Los labriegos se congregaron en las plazas frente al Congreso, donde reclamaron acciones para enfrentar un año marcado por la crisis económica, la sequía y los bajos precios de las materias primas en un país agroexportador.
Entre las demandas figuran un subsidio alimentario por un período de seis meses para las zonas afectadas por la sequía; la provisión de semillas para la próxima siembra y un marco regulatorio que priorice el crédito productivo. Los manifestantes portaban banderas y pancartas reclamando la puesta en marcha de una reforma agraria y portaban garrotes como símbolo de la lucha campesina.

Todo sigue igual
Mujeres, ancianos y niños formaron parte de la protesta que la FNC lleva a cabo cada año desde 1994. “Para nosotros el cambio no llegó nunca; todo continúa igual que antes del 20 de abril”, dijo la dirigente de la Federación Nacional Campesina (FNC) Teodolina Villalba, en referencia a la fecha en que Lugo ganó las elecciones. “Los centros de salud están desabastecidos; las escuelas no tienen asientos ni útiles ni libros y las comunidades continúan sin servicios básicos”, agregó Villalba durante la demostración, que transcurrió sin incidentes, en medio de un gran operativo policial.

Difuso horizonte
Un documento elaborado por la FNC asegura que el 80% de las tierras explotables del país se encuentra en manos de un 1% de los propietarios y que un 74% de las tierras repartidas hasta 2000 terminaron en manos de personas que no eran sujetos de la reforma agraria. “El discurso de cambio preponderó durante la contienda electoral e inundó de esperanzas el imaginario futuro del Paraguay. Pero lentamente estas ilusiones parecen esfumarse en el horizonte”, dice la declaración. Con la promesa de luchar contra la pobreza y la corrupción, Lugo quebró seis décadas de gobierno del conservador partido Colorado al ganar los comicios con apoyo de grupos de campesinos, sindicalistas y organizaciones sociales.
El mandatario pospuso un viaje al sur del país que iba a realizar en compañía de su par ecuatoriano, Rafael Correa, para recibir a los dirigentes, que también criticaron el “plan anticrisis” diseñado por el gobierno. El ministro del Interior, Rafael Filizzola, aseguró que Lugo dio instrucciones para que se haga “hasta lo imposible” en procura de responder los reclamos de los labriegos. Con ello contrarió la postura del vicepresidente, Federico Franco, que dijo que estaba de acuerdo con la movilización pero que el Ejecutivo no iba a poder satisfacer las demandas. (Télam-DPA)