Magia, aventuras y polémica con el filme "La brújula dorada"

Existen miles de mundos paralelos al nuestro, donde los animales son más astutos que los hombres, o donde los niños son verdaderos héroes. En el universo de la pequeña Lyra Belacqua -una huérfana de 12 años-, las almas de las personas toman la forma de bestias de las más diversas especies. Y no sólo eso: también es un lugar habitado por brujas y hechiceros. Este es el argumento de “La brújula dorada”, una de las megaproducciones de Hollywood más esperadas de los últimos tiempos, que llegará a Tucumán en los próximos días.
Pero la película, que provocó tanto rechazo como admiración, no corre el mismo albur que otras películas del género como las de Harry Potter o “El señor de los anillos”. Es que los críticos calificaron a“La brújula dorada” como un fracaso de taquilla.

Asombro
La nueva creación de New Line Cinema (el mismo de “El señor de los anillos”), basada en la trilogía de Philip Pullman, “La materia oscura”, narra las aventuras de Lyra -interpretada por Dakota Blue Richards-, una niña un poco salvaje, amante de las historias asombrosas y con un corazón aventurero.
Cuando la misteriosa señora Coulter (Nicole Kidman) llega a Oxford y le ofrece la posibilidad de seguir los pasos de su tío hacia el norte, ella se lanza de inmediato, sin perder oportunidad ni medir consecuencias. Pero no todo es lo parece, y su determinación y fuerza espiritual son desafiados para rescatar a su amigo secuestrado en manos de los Gobblers y su Magistrado.
Con un gran elenco de por medio, “La brújula dorada” resultó ser una de las producciones más costosas y criticadas de los últimos años. No sólo fue comparada con “Las crónicas de Narnia”; también fue acribillada por el Vaticano por su “contenido anticatólico”.
El autor de la trilogía tampoco se ha salvado: la Iglesia se pronunció en su contra, al trascender que el británico es ateo militante y anticlerical. Según publicó esta semana el diario de la Santa Sede, es el filme “más anticristiano que se podía hacer”, por lo que era un consuelo que la película recaudara “apenas” 26 millones de dólares en su fin de semana de apertura en los Estados Unidos.
Mientras las críticas de los sectores católicos más ortodoxos se acumulan, el estudio NewLine confía en recuperar su inversión gracias a las ventas de entradas a nivel internacional.