El Personal Fest tuvo un arranque agridulce al ritmo del hip hop y del tango electrónico

El Personal Fest tuvo un arranque agridulce al ritmo del hip hop y del tango electrónico

El cierre de la primera jornada se hizo con Snoop Dogg. Hubo problemas técnicos y protestas que terminaron con varios chicos golpeados.

PASEO MUSICAL. Vicentico mostró los temas de su carrera como solista. ARCHIVO LA GACETA PASEO MUSICAL. Vicentico mostró los temas de su carrera como solista. ARCHIVO LA GACETA
09 Diciembre 2007
BUENOS AIRES (Enviado especial, Facundo Pereyra).- Con las manos abiertas, y las palmas hacia el escenario, el público del hip hop bailó durante la primera jornada del Personal Fest, en la que no faltaron los condimentos de esa cultura. Pero también fue un día en el que el tango electrónico y la electrónica pura, y algunas nuevas bandas de rock de culto tuvieron su primer contacto con un público que evidentemente no les pierde pisada, y sigue su doscografía con devoción.
En el principal de los cinco escenarios (se agregó uno fuera de programación, con grupos emergentes del under porteño y un invitado español), el cierre fue con Snoop Dogg. El show, a puro fraseo y a los saltos, se dilató demasiado. Poco más de una hora separaron al gran rapero norteamericano de sus antecesores, los chicanos de Cypress Hill. Eso fue caldeando el ambiente, y no tardaron en llover botellas hacia el escenario, mientras los asistentes intentaban resolver un problema técnico (algo curioso para un show del nivel del de Snoop).
Hubo corridas, chicos golpeados, y hasta un herido leve, como cuando Snoop empezaba su carrera y la guerra gangsta cobraba vìctimas en los EE.UU. en cada show. Cuando la cosa se estaba poniendo demasiado negra, el incenveniente se solucionó y Snoop salió con todo. No detuvo la marcha, y entre la agitación del público (muchos se fueron después de los incidentes, pero quedaban más de 15.000 personas) apareció B-Real, de Cypress. El dúo fue formidable, y la gente lo agradeció con bailes y aplausos.
El set de Cypress fue altamente cannábico, y el frontman no tardó en sacar un enorme porro y prenderlo. El público ya venía haciendo lo mismo, pero el rapeo en spaninglish incitó a más, y el humo dulzón copó el campo del club Ciudad de Buenos Aires. Los argentinos pudieron conocer o descubrir (según el caso), a CocoRosie, dos norteamericanas que armaron el dúo en Francia, y mostraron una variante indie dulce, alegre y tranquila, basada en sus voces y en austeros pero encantadores arreglos musicales (piano, teclado y scratch bocal de un muchacho de dreadloks). El escenario alternativo les quedó demasiado chico.
Tego Calderón que estuvo en el escenario principal más temprano, desplegó su carisma con esa estilo border entre el hip hop y el reggaetón. El puertorriqueño se metió a los argentinos en el bolsillo. Ahí hay que resaltar un error estratégico de la productora del festival. Gotan Projet, esa increíble orquesta francesa de electro tango, fue ubicada entre Tego y Cypress. Los hiphoperos no lo soportaron, y tiraron de todo hacia el escenario. La originalidad y la potencia del combo no importaron, y los músicos se retiraron cuando estaban tocando el segundo tema.

Sonido retro
En el segundo escenario, The Dandy Warhols deslumbró (a pesar de los problemas de sonido del arranque), con su sonido retro futurista, entre psicodélico y glamoroso, potente y dulce. Por ahí pasó también Phoenix, una banda francesa que cruza a la perfección el más puro sonido del rock con los samplers. Antes habían estado los mexicanos de Moderato, un grupo que divierte un rato con sus versiones power de viejos clásicos de cualquier estilo musical. Con una puesta bizarra, disfraces y maquillaje, el grupo cerró con el Miranda! Ale Sergi como invitado.
En esa línea, pero en otro tablado, actuó la Orquesta Típica Fernández Fierro. Un combo de 12 nusicos (cuatro violines, cuatro bandoneones, un piano, un cello, un contrabajo y un presentador, todos vestidos con remeras, pelo largo, crestas o dreadlocks) que sacudieron tangos en clave de rock, con agite y saltos. El presentador, todo un personaje, arengaba y mandaba: "apagá la radio, gordo", le gritaba a Vicentico, que tocaba en el escenario principal opacando el sonido de su orquesta. Era de día, y Vicentivo llegó con su banda para recorrer los temas más alegres y divertidosde de su carrera.

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