Benedicto XVI aboliría la existencia del limbo

Benedicto XVI aboliría la existencia del limbo

El Pontífice aún no se pronunció oficialmente, pero aceptó que los niños muertos sin bautizar quedan en manos de la misericordia de Dios. Se trató de una "hipótesis teológica y no de una verdad definida dentro de la fe de la Iglesia Católica", advirtió Ra

RATZINGER. Pide coherencia para describir el destino de las almas inocentes. AFP RATZINGER. Pide coherencia para describir el destino de las almas inocentes. AFP
08 Octubre 2006
ROMA.- El papa Benedicto XVI decidió, por ahora, mantener el limbo durante un tiempo más. La Comisión Teológica Internacional de la Iglesia ha estado trabajando durante casi un año en un documento que, se espera, recomendará abolir formalmente el limbo, adonde durante siglos, según la tradición católica, iban los niños que morían sin haber sido bautizados
El Papa celebró el viernes último una misa junto a miembros de la comisión, pero -contra lo que especulaban algunas medios- ni siquiera mencionó el concepto durante su homilía. Medios periodísticos habían dicho que ese día el Sumo Pontífice cancelaría formalmente la existencia del limbo, pero el arzobispo italiano Bruno Forte, importante miembro de la comisión, aclaró que el grupo todavía está afinando detalles del documento.
“Aún estamos trabajando en el documento. No se ha realizado ninguna votación. Creo que no habrá nada listo para entregarle hasta 2007”, comentó Forte a Reuter después de la misa con el Pontífice.
No obstante, Benedicto XVI aceptó las conclusiones del cónclave, que determinó que los niños muertos sin bautizar “quedarán en manos de la misericordia de Dios”.

Concepto medieval
Sin embargo, es de conocimiento general en los círculos eclesiásticos que los días del limbo están contados. En entrevistas y en libros publicados antes de su elección, el año pasado, el entonces cardenal Joseph Ratzinger aclaró que creía que el concepto del limbo debía ser abandonado. “Es sólo una hipótesis teológica y no una verdad definida dentro la fe de la Iglesia Católica”, añadió entonces.
Limbo proviene del latín y significa “frontera” o “borde”. Los teólogos medievales lo consideraban un estado o lugar reservado para los muertos sin bautizar, entre ellos, las buenas personas que vivieron antes de Cristo. Según las enseñanzas católicas, el bautismo remueve el pecado original que ha manchado a todas las almas desde que Adán y Eva cayeron en desgracia y fueron expulsados del Jardín del Edén.
Si bien el limbo nunca fue parte formal de la doctrina de la Iglesia, fue incluido en la educación católica de muchos países hasta la década de 1960 y ha sido adoptado por muchos lenguajes para expresar un estado de suspensión.

Pedido de Juan Pablo II

El catecismo oficial de la Iglesia Católica, publicado en 1992, durante el pontificado del difunto Papa Karol Wojtyla, desechó después de décadas de trabajo el concepto de limbo. “En lo relativo a los niños que han muerto sin ser bautizados, la Iglesia sólo puede entregarlos a la misericordia de Dios”, sostiene.
La Comisión Teológica Internacional fue creada en octubre de 2004 por pedido de Juan Pablo II, y estaba dirigida por el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (antigua Inquisición) y actual Pontífice Joseph Ratzinger. La asamblea comenzó a trabajar después de que Wojtyla le solicitó que elaborara “una forma más coherente e iluminada” para describir el destino de tales inocentes.

Identidad de la naturaleza
Otros de los temas que analizó la comisión de marras fue un primer boceto del documento sobre la “identidad de la naturaleza”, y también hubo un intercambio de opiniones sobre “la ley moral natural”, siguiendo la línea de las encíclicas de Juan Pablo II “Veritatis splendor” y “Fides et ratio”, asuntos que en su momento fueron considerados de máximo interés por Juan Pablo II.
La Comisión Teológica intensificó en la última semana los trabajos referidos a la cuestión de adónde van las almas de los bebés cuando mueren sin ser bautizados, con la intervención del actual prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal William Levada, y finalizó el viernes pasado con la misa que presidió Benedicto XVI en la capilla Redemptorise Mater, del Palacio Apostólico del Vaticano. (Reuter, Infobae y BBC).





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