
UNA DURA PRUEBA. Las pendientes constituyeron un verdadero desafío para los expedicionarios.

Circularon por el camino que se construyó para el mantenimiento del mineralducto, que sólo puede recorrerse con vehículos que poseen doble tracción.
Los aventureros, luego de haber conseguido los permisos pertinentes, partieron desde la localidad de Villa Lola, Alpachiri. Montados en sus bicicletas, comenzaron con un recorrido que fue más exigente de lo que esperaban. "Nos habían dicho que tenía un nivel de exigencia de 4 en una escala de 10; pero al poco tiempo nos dimos cuenta de que sería de por lo menos 8", le explicaron a LA GACETA los cicloturistas, no sin antes burlarse del autor de semejante análisis.
Se toparon con esa novedad a los 3 o 4 kilómetros después de haber iniciado la marcha. Desde el arroyo El Bolsón, el camino se transforma en un verdadero martirio. Allí comienzan las pendientes que, en promedio, alcanzan los 30º durante todo el recorrido. "Ante este panorama no queda otra que caminar con la bicicleta. Pero eso ayuda para disfrutar aún más de esa selva que tiene helechos, laureles, cedros y, más arriba, cruzamos bosques de alisos", explicó Nanni.
Los cicloturistas también quedaron asombrados con la fauna de la zona. Contaron con el canto de diferentes especies de pájaros; vieron varias pavas del monte y huellas de chanchos del monte, y se quedaron con las ganas de descubrir alguna señal de los pumas que habitan el lugar.
Eso sí, se divirtieron cuando uno de los integrantes creyó haber descubierto un chancho del monte en medio de la selva. Era un animal enorme y, cuando se aproximaron a ver el ejemplar, se dieron cuenta de que se trataba de una serena vaca a la que le habían interrumpido el pastoreo. Esa situación y el pésimo manejo de las matemáticas de otro de los expedicionarios, generaron las bromas generalizadas.
En la mitad de la primera etapa del viaje, los integrantes del grupo se toparon con una de las primeras obras maestras que se hicieron por el mineralducto. El lugar fue denominado VS2, por sus siglas en inglés (Valvula Station 2), que no es otra cosas más que una estación de bombeo que cuenta con enormes paneles solares para la obtención de energía eléctrica. Después de contemplar esta maravilla, los cicloturistas continuaron su viaje.
"Quedamos encantados con el paisaje. Ibamos contemplando el río que estaba como a unos 70 metros del camino. Al frente teníamos todos los cerros que encandilan con el color de su vegetación", comentó Enrique García Hamilton.
Cada vez con más esfuerzo, los aventureros llegaron hasta las cumbres de Santa Ana. Allí, luego de un descanso y fascinados por el paisaje de Las Estancias, decidieron retomar la travesía.
"Hay muchas cosas más para ver", se entusiasmó Rodríguez. Entre ellas figura el puente colgante más largo de Sudamérica, que mide más de 320 metros de largo y que permite que el mineralducto atraviese un precipicio de más de 120 metros de altura. "Se lo puede ver y nada más. Enduristas lo cruzaron sin ninguna autorización y, por cuestiones de seguridad, los responsables decidieron prohibir el paso", explicó el concepcionense.
El camino de regreso no fue tan sencillo. Después de haber sufrido subiendo las pendientes, había llegado la hora de bajarlas. Si bien es cierto que no se trató de un descenso técnico, los cicloturistas alcanzaron una velocidad de 63 kilómetros por hora, lo que imprimió más adrenalina a la excursión que terminó siendo inolvidable.
Los secretos del mineralducto
Cuando participó de la excursión, los recuerdos de Eduardo Nanni se reavivaron. "Fue una obra gigantesca. Una cosa es contarlo y otra haber estado ahí cuando se lo construyó", aseguró el geólogo, que se encargó de inspeccionar los trabajos del mineralducto.
El biker dijo que recorrieron tan sólo una parte de la servidumbre del mineralducto que aloja el caño de aproximadamente 18 centímetros. "Conduce el mineral extraído de Bajo La Alumbrera mezclado con agua, a lo largo de más de 300 kilómetros. Nace en la localidad catamarqueña de Hualfín y termina en Cruz del Norte, en nuestra provincia. Allí se seca y, por vía férrea, se lo manda al puerto de Rosario", indicó.
El geólogo explicó que primero se construyó un camino de 15 metros de ancho. Luego se cavó una zanja de 1 metro de ancho por 1,20 de profundidad a lo largó de más de 350 kilómetros. Allí se colocó la cañería y se agregó una fibra óptica para que la mina no quedara incomunicada. La plataforma quedó para mantenimiento del mineralducto.
Nanni relató que esta historia tiene una arista que muy pocos conocen. En el tramo que va desde Villa Lola hasta Las Estancias, las autoridades de la mina acordó con Vialidad de la provincia construir el mineralducto utilizando el emplazamiento del proyecto de la ruta 365. "No llegó a feliz término por razones reales de impracticabilidad técnica; quedó demostrado que por ahí no se iba a poder transitar. Se tuvo que realizar una nueva traza y Tucumán se quedó sin chances de tener ese camino", comentó.
El especialista sostuvo que la obra tiene una joya. "Entre la Peña de Los Cóndores y el arroyo El Cangrejillo una empresa de Buenos Aires construyó un puente colgante de más de 350 metros de largo y una luz de más de 100 metros. Con estas dimensiones, es el más largo de toda Sudamérica", concluyó.
Datos
Excursión: recorrido por el mineralducto de la Mina de Bajo La Lumbrera. Se partió desde Villa Lola (Alpachiri) y se llegó hasta las cumbres de Santa Ana (en el límite con Catamarca).
Distancia: 56 kilómetros en total.
Duración: ocho horas.
Nivel de exigencia: 8 (escala del 1 al 10)
Estilo de piso: de ripio bien consolidado, aunque en algunos sectores hay muchas piedras sueltas.
EQUIPO
Bicicleta: debe contar con sistema de amortiguación y cubiertas con tacos. El rodado debe tener 24 cambios.
Accesorios: cascos, guantes, inflador, mochila, cuerdas de empuje, luz de emergencia, botiquín, caramañolas y bolsa de hidratación.
Vestimenta: calza de ciclista, remera, buzo de algodón y rompeviento.
Calzado: llevar una zapatilla para mountain bike y otra tipo trekking, ya que en varios sectores se debe caminar.
Repuestos: una cámara como mínimo, parches, tacos de frenos y cadena.
Botiquín: desinfectantes, gasa, algodón, curitas, antiinflamatorios y antihistáminicos.
Herramientas: llave inglesa, destornillador, cortacadenas y pinza.
ALIMENTOS
Barras de cereales.
Fruta seca (avellanas, maní, almendras y pasas de uvas, entre otras).
Sándwiches de jamón crudo.
Frutas (manzana, mandarina o naranja y bananas)
Kero (reemplaza los geles)
BEBIDA
Dos litros de agua mineral o bebidas con sales. Durante el recorrido puede recolectarse agua de los ríos y arroyos, que es potable.
Estilo
El cicloturismo es una combinación perfecta para conocer lugares de difícil acceso, tener contacto con la naturaleza y lograr un estado físico envidiable. Este estilo de paseo se encuentra muy desarrollado en Estados Unidos y en algunos países europeos. Latinoamérica, Australia y Africa son los destinos más buscados.







