Ahora los pacientes tienen su propia escuela

Ahora los pacientes tienen su propia escuela

Ayudarán a sus pares a tratarse. La iniciativa se lanzó, como prueba piloto, en el hospital Avellaneda y quieren llevarla a otros centros

PEQUEÑOS GIGANTES. Los chicos del consultorio de tartamudez ayudarán a que sus pares se animen a hablar. LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO.- PEQUEÑOS GIGANTES. Los chicos del consultorio de tartamudez ayudarán a que sus pares se animen a hablar. LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO.-
22 Noviembre 2017

Desde que es, también, maternidad, el hospital Avellaneda fue el primero que trabajó como hospital Amigo de la Madre y el Niño. Ya en 2015 atendía unos 4.000 partos al año. Muchísimos chicos tucumanos nacieron allí, pero en esta ocasión el hospital (y el sistema de salud en su conjunto) celebraron un nacimiento especial. No de un niño; se trata de un programa de atención para toda la provincia -siguiendo el modelo de gestión centrada en el usuario- que ha sido bautizado “Escuela de pacientes”.

“Los que sufren -especialmente, pero no sólo- enfermedades crónicas son los que mejor entienden lo que se vive y cómo enfrentarlo”. Esta frase, o una equivalente (“que no es lo mismo, pero es igual”, cantaría Silvio Rodríguez) se está repitiendo en el Avellaneda.

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La voz cantante, por un rato, la llevó en un solo Luis Medina Ruiz, el director del hospital. Contó que la idea surgió después de que los directores de los hospitales centrales del sistema hicieron una pasantía en uno de Granada, España. “Allí conocí el modelo y me enamoré de él. Se lo conté a la ministra (de Salud, Rossana Chahla) y decidió ponerlo institucionalmente en marcha”, añadió y resaltó que esta es la prueba piloto. Mientras, a su alrededor, se arremolinaba gente con “uniforme” de hospital, pero también “de civil” y hasta en equipo de gimnasia. El clima era, claramente, de celebración.

PRIMEROS “MAESTROS”. Transmitirán a otros lo que aprendieron. 

La idea -explicó Medina Ruiz- es ir creciendo y organizar la mayor cantidad posible de talleres. “Para empezar vamos a sistematizar grupos que vienen funcionando”, informó y contó que además habrá una escuela virtual, con guías, videos, testimonios y otras herramientas. “Así, pacientes que vivan lejos podrán de alguna manera compartir esta experiencia”, resaltó.

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Pacientes formadores

El objetivo fundamental de la escuela es lograr, en formato de taller, espacios de aprendizaje, reflexión y contención, que permitan a los pacientes ser capaces de autogestionar su salud. Para ello, en los talleres se les dará -entre otras posibilidades- herramientas que faciliten el abordaje de su enfermedad. Por eso la clave son aquellos que ya son expertos, por ejemplo, en adherencia al tratamiento.

Mario Heredia trabajará en el área de cesación tabáquica junto con Jorge Catoia. Ambos llevan un poco más de un año sin fumar y agradecen al equipo del hospital. “Fue mi salvación -dijo Heredia, contundente-, y quiero poner lo mío para ayudar a otras personas que sufren lo que yo sufrí”. “Los pares son los mejores soportes para enfrentar este problema”, afirmó Catoia.

Pablo Gómez es uno de los miembros de TEA Padres Tucumán, que ofreció su experticia en el trastorno del espectro autista para ayudar a otros papás con la misma problemática. Y también insistió en lo fundamental de la contención recíproca.

La voz femenina peleaba con los obstáculos pero se impuso, orgullosa. Era la de Marcela Cervantes, clown hospitalaria y paciente del Consultorio Público de Tartamudez, que se puso como objetivo -contó- ayudar a sus pares con la aceptación del trastorno. “Me escondí durante mucho tiempo y es lo que hace mucha gente grande, por vergüenza; quiero ayudar a esa gente”, dijo con pasión.

Luego se hizo escuchar el dúo formado por Diego La Ruffa y Pablo Gianinni, diabéticos desde niños, que decidieron asumir la responsabilidad de acompañar y de guiar a quienes deben enfrentar el desafío de modificar hábitos alimentarios y pelear contra el sedentarismo.

“Sabemos lo que cuenta la adherencia al tratamiento. Acompañados por quienes sufren lo mismo, cuesta menos”, destacó La Ruffa, que es el chef de comida saludable del proyecto. Gianinni coincidió en eso, y también en que la etapa más crítica puede ser la adolescencia, por la rebeldía típica de esa edad.

Por último, para cerrar la primera etapa del encuentro, está Cristian Robles, de 19 años, que nació muy prematuro y una parálisis cerebral le afectó la movilidad de las piernas. Hoy puede caminar con su andador y el año que viene empezará a estudiar periodismo deportivo. “Ya superé muchísimos desafíos, y sé que cuesta, pero se puede. Se puede mucho más de lo que uno se imagina. Estoy seguro de que voy a poder ayudar a mucha gente a salir adelante”, se entusiasmó.

Minimaestros

Cerca de allí revoloteaba un grupo de chicos y no tan chicos: son también pacientes del consultorio de tartamudez, y están listos para contarles a otros qué es lo que importa de su trastorno. Peleando con sus dificultades, pero con firmeza, Facundo, Ángel, Tomás y Cristina (en un arreglo coral de voz alternada) indicaron que ellos podrán: “explicarles las técnicas para lograr la fluidez”; “ayudarlos con sus dudas”; “contarles cómo fuimos superando la vergüenza”; “decirles que se hagan respetar, que estén tranquilos”; “que no se sientan solos”... “¡y que no se callen”.

Ceremonia

De pronto se produjo un revuelo diferente: llegaban las autoridades, encabezadas por la doctora Chahla. Sí, hubo acto, protocolo y palabras serias, pero el clima de celebración no desapareció. Algunos de los “maestros” dieron su testimonio, y sus “alumnos” actuales los bañaron de ovaciones. Luego, besos, abrazos, felicitaciones y miles de fotos.

“Estoy feliz -confesó Chahla-; creo que de todos los partos que atendí, este fue uno de los más emocionantes. Es un sueño hecho realidad. Arrancamos oficialmente con algunos talleres (algunos ya vienen trabajando); pero pronto queremos agregar otros. Y estamos casi seguros de que la próxima sede de la escuela funcionará en el Padilla, ¡y será pronto!”


Reuniones y talleres 
- Las primeras reuniones informativas se realizan en el Avellaneda (Catamarca 2.000) los jueves de 10 a 12.
- Para empezar, funcionarán talleres de diabetes, EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), trastorno del espectro autista (TEA), tartamudez y discapacidad. 
> Reuniones y talleres 
- Las primeras reuniones informativas se realizan en el Avellaneda (Catamarca 2.000) los jueves de 10 a 12.
- Para empezar, funcionarán talleres de diabetes, EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), trastorno del espectro autista (TEA), tartamudez y discapacidad. 


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