No ser aceptado por ser diferente.
La soledad.
El qué dirán.
Que no haya trabajo.
Qué carrera seguir.
Estas son las principales preocupaciones que tienen los adolescentes.
Les aflige el futuro. Están desencantados. Y buscan -sin mucho éxito- las respuestas a sus miedos.
Así arranca el informe titulado “Para cada adolescente una oportunidad”, que fue presentado ayer en nuestro país por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). En el estudio, la entidad llamó a los diferentes actores políticos a proteger a los chicos. Y especificó que uno de cada dos menores de entre 13 y 17 años vive en situación de pobreza en nuestra nación.
A los adultos les pedimos que nos pongan límites
“En Argentina medio millón de adolescentes están fuera de la escuela y solo la mitad de los que ingresan finalizan el nivel secundario. El abandono escolar está fuertemente relacionado con el embarazo adolescente y con la inserción temprana en el mercado del trabajo”, resalta el informe. También habla de las urgencias que manifiestan los chicos en esta etapa de la vida, las que deben prevenirse cuanto antes con políticas públicas adecuadas. Esas emergencias son, además del embarazo no planificado, el suicidio, el consumo de alcohol y de otras sustancias psicoactivas y la alimentación inadecuada, precisa Unicef.
Las autoridades locales recibieron el informe con mucha preocupación. Se supone que la adolescencia tiene que ser una edad asociada a la prosperidad y a la vitalidad. Pero las cifras indican todo lo contrario: cada día mueren 10 chicos de entre 10 y 19 años en el país.
Oscar Hilal, que dirige el Programa provincial de Salud Integral del Adolescente (del Ministerio de Salud), comentó que la realidad tucumana no es para nada ajena a lo que ocurre en el país. Al contrario, los índices de mortalidad locales están por encima de la media nacional.
En nuestra provincia, cada dos días y medio fallece un joven de entre 10 y 19 años. Y en el 60% de los casos aparece la violencia. Son las muertes que los médicos suelen llamar por “causas externas”: accidentes de tránsito, crímenes y suicidios. La mayoría de estos hechos se podría haber evitado.
La mayor cantidad de decesos ocurre entre los 15 y los 19 años. Siete de cada 10 víctimas son varones. Lo que más alarma a las autoridades es que la tasa de mortalidad juvenil aumenta cada vez más. Se incrementó un 20% desde 2010. También les aflige que los jóvenes son los que menos piden ayuda al sistema de salud, quienes menos se acercan. Solo llegan si están enfermos.
La figura del consejero
“Es un tema muy complejo en el que estamos trabajando. Tenemos en el sistema de salud servicios diferenciados para adolescentes (hospitales de Niños, del Este, Padilla, Avellaneda y Maternidad). Igualmente, hace falta buscarlos. Por eso, hemos creado la figura del consejero. Se trata de un profesional de la salud que va a las escuelas, se contacta con el docente y crea espacios para que los chicos puedan conseguir ayuda si la necesitan. Esto ya lo estamos haciendo en 12 instituciones”, comentó.
También estas asesorías que funcionan en las escuelas tienen por objetivo favorecer los hábitos de vida saludables y disminuir el consumo problemático de alcohol y otras sustancias ilegales.
Cambiar la visión
Hay que cambiar el paradigma de que la adolescencia solo es problemática. Ese es el primer paso, sostuvo Sandra Tirado, secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia de la Provincia. La funcionaria viajó a Buenos Aires para exponer ante Unicef la situación local. “Una de las cuestiones que más nos preocupa es la deserción escolar. La escuela es un gran protector”, advirtió. En la actualidad, según contó, la gran mayoría de los jóvenes vulnerables no está escolarizada. Asimismo, Tirado se mostró preocupada por la cantidad de embarazos adolescentes.
En el país, según el informe de Unicef, el 15% de los bebés tiene una mamá menor de 18 años. En Tucumán, esa cifra es del 18%. La situación empeora en provincias como Chaco o Formosa, donde uno de cuatro nacimientos es de madres menores.
“El principal desafío es tener una mirada amplia de la adolescencia. Aunque las cifras son alarmantes, no hay que ver lo negativo, las situaciones violentas y nada más. Hay que aprender a respetarlos y escucharlos, abrirles espacios en los que puedan manifestarse. Ellos nos quieren decir muchas cosas”, remarcó. Y también pidió coherencia: “los adultos les pedimos que no sean violentos, pero como sociedad en ese aspecto dejamos mucho que desear”.
> EDUCACIÓN
El abandono de los estudios es la principal de las problemáticas en esta área
Cerca de 500.000 chicos y chicas están fuera de la escuela y menos de la mitad de los adolescentes de una cohorte que ingresa a la secundaria logra completarla (45%). En la escuela secundaria hoy, tres de cada 10 estudiantes transita su escolaridad con sobreedad y esto se debe en gran parte a que han repetido años anteriores o a interrupciones durante su trayectoria escolar previa.
Los datos del nivel primario alertan que esta problemática se inicia de forma temprana: entre 15% y 17% de los estudiantes que cursan el último ciclo lo hacen con uno o más años de sobreedad. Entre las principales causas del abandono de los adolescentes de entre 15 y 17 años se observan: ingreso al mercado laboral (14%); dificultades económicas para sostener la cursada (8,8%); situación de embarazo o de cuidado de algún hermano/hijo menor (11,3%).
> DERECHO A LA JUSTICIA
Los menores necesitan más garantías
El Régimen Penal de Minoridad vigente en la escala nacional no es consistente con los mandatos de la Convención sobre Derechos del Niño ni con la Ley de Protección Integral. La mayoría de los adolescentes en conflicto con la ley penal tiene menos garantías que los adultos en igual situación. El sistema no tiene un carácter especializado (finalidad preventiva, socioeducativa y no punitiva). La ley deja amplio espacio para la intervención discrecional de los jueces, como poder “disponer” de un adolescente por “motivos de protección”, y privarlos de libertad en situaciones que no son delitos. Según datos de 2015, 3.908 adolescentes se encuentran en dispositivos penales. Representan el 0,14% del total de la población de 14 a 17 años de todo el país. Casi el 90% de ellos tiene 16 o 17 años, pero existe algo más de un 10% que tiene menos de 16.
>INCLUSIÓN SOCIAL
Las chicas sufren más la pobreza
En Argentina hay más de 5 millones y medio de adolescentes de entre 10 a 18 años. Aproximadamente uno de cada dos chicos de entre 13 y 17 años vive en situación de pobreza. Además, una gran parte de las mujeres se ve afectada debido a la sobrecarga de tareas domésticas y de cuidado que socialmente se les asigna: dos de cada tres jóvenes (15-29 años) que ni estudian ni trabajan son mujeres que están realizando este trabajo invisibilizado y no remunerado de cuidado. Entre las mujeres, un 42,1% dejó de trabajar o estudiar por esta razón, frente al 12,9% de los varones.
> SALUD
La mortalidad juvenil va en aumento de la mano de accidentes y suicidios
En Argentina en 2015 (últimos datos oficiales) murieron 3.533 adolescentes de 10 a 19 años, lo que representa 10 muertes diarias. La mortalidad entre los varones es dos veces más alta que entre las mujeres. Seis de cada 10 muertes de adolescentes se debe a causas externas, entre las que se destacan los accidentes de tránsito (asociados a conductas de riesgo que se han incrementado como el consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas), los suicidios y las agresiones.
En 2015 se registraron 438 casos de suicidio (3 de cada 4 correspondieron a varones).
Por otra parte en los últimos años ha aumentado el sobrepeso y la obesidad. De 13 a 15 años, uno de cada 4 chicos tienen sobrepeso y 1 de cada 17, obesidad.
> PROTECCION FRENTE A LA VIOLENCIA
Argentina lidera el ranking de bullying
Las manifestaciones más graves de violencia tienen lugar dentro de los hogares, ocurren en privado, y por lo tanto, son difíciles de detectar. Solo uno de cada 25 adultos a cargo de los niños cree que se los debe castigar físicamente. Sin embargo, uno de cada tres adolescentes entre los 12 y los 14 admite que sufre castigos físicos por parte de sus padres y uno de cada cuatro entre los 15 y los 17 años. La violencia entre adolescentes es también un fenómeno preocupante. Según datos aportados por la Unesco, Argentina lidera actualmente los rankings de bullying o acoso escolar en los establecimientos educativos, en la región: cuatro de cada 10 estudiantes secundarios admite haber padecido acoso escolar, mientras que uno de cada cinco dice sufrir burlas de manera habitual. Por ser víctimas de abuso, violencia, abandono o trato negligente, 3.654 adolescentes de 13 a 17 años viven sin cuidados parentales en instituciones y familias alternativas.
> DERECHO A LA PARTICIPACIÓN
Pocos jóvenes en organizaciones sociales
Si bien Argentina es una sociedad altamente movilizada, la participación de los adolescentes en las organizaciones sociales o políticas es baja.
> SALUD SEXUAL
Muchos embarazos adolescentes son resultados de casos de abuso
El 15% de los nacimientos en Argentina es de madres adolescentes, cifra que se mantiene estable los últimos 25 años. De manera sostenida unos 3.000 nacimientos al año corresponden a madres menores de 15 años, lo que genera una profunda preocupación desde la perspectiva sanitaria, social, legal y jurídica por las consecuencias e implicancias de un embarazo a tan temprana edad. Cuanto menor es la edad de la madre, más probable es la existencia de abuso sexual y mayores los riegos de salud asociados para ellas y sus hijos. En la adolescencia, seis de cada 10 embarazos no son planificados. No tienen acceso gratuito a los métodos anticonceptivos que utilizan seis de cada 10 mujeres y siete de cada 10 varones adolescentes. Uno de cada cinco nacimientos de madres adolescentes es de chicas que ya han tenido un hijo.
> PROTECCIÓN FRENTE AL TRABAJO INFANTIL
Lo laboral atenta contra la escolaridad
Durante la última década, se redujo la incidencia del trabajo infantil en Argentina, aunque en menor medida, el de los adolescentes. La propensión a trabajar de las niñas y los niños depende de la situación económica de las familias más que de las características y las demandas de los entornos productivos. Uno de cada seis adolescentes entre los de 14 y 15 años trabaja y uno de cada tres entre los 16 y 17 años. Entre los más grandes crece significativamente tanto el trabajo para el mercado como las actividades domésticas intensivas, lo que en general, entra en tensión con la escolaridad.
>Agentes de cambio
“Las políticas públicas deben trabajar para modificar la imagen negativa estereotipada de los adolescentes y reforzar la idea de estos como agentes de cambio, con potencial paracontribuir positivamente en todos los niveles”, recomendó Unicef. Asimismo remarcó que el país cuenta con una ley que establece la creación de la figura del Defensor de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y que desde hace 12 años ese cargo sigue vacante. “Se trata de una figura clave para controlar las políticas públicas destinadas a la niñez y a la adolescencia”, precisó.
“El incremento de las conductas de riesgo, los suicidios y la violencia apuntan a problemas complejos que afectan la salud y el bienestar de los adolescentes y que es preciso abordar desde una perspectiva intersectorial”, especifica Unicef, y llama a fomentar políticas de promoción de la salud y de prevención de riesgos específicos. Además, pide garantizar servicios de salud adecuados para adolescentes, que respeten sus derechos.
Por último, llama a fortalecer medidas para reducir el embarazo no deseado en la adolescencia y reclama profundos cambios en la escuela secundaria.