10 Abril 2017 Seguir en 
Cinco días después de que el agente cadete se descompensara en la Escuela de Policía y llegara grave al hospital Padilla, se dio un segundo caso: un compañero suyo, Luis Reales, fue atendido en terapia intensiva del Sanatorio 9 de Julio porque le había dejado de funcionar un riñón.
Esta situación se dio a conocer a través del perfil de Facebook de la madre de Reales, quien relató: “su hígado (está) inflamado y comenzaron a hacerle diálisis. Su estado es reservado. No entiendo nada. Me siento morir”. Ante la consulta de LA GACETA, la mujer afirmó que su hijo se encuentra mejor pero que no quería realizar ningún tipo de declaraciones.
Según se pudo saber, el muchacho se encontraba en la Escuela de Policías cuando comenzaron los malestares. Tanto su descomposición como la de Reales alentaron algunas críticas dentro de la fuerza en relación a la capacitación que los muchachos reciben. Según explicaron algunas fuentes bajo identidad reservada, los entrenamientos son extenuantes y llevan a que muchos de los ingresantes terminen abandonando.
En esta ocasión LA GACETA no pudo comunicarse con el jefe del instituto, el comisario Jorge Cruz, pero en el anterior caso este había argumentado: “los movimientos son reglamentados, no hay nada fuera de lugar. Se evita dañar físicamente a nadie”.
Si bien no existía una denuncia, la fiscalía IX°, subrogada por Adriana Giannoni, comenzó una investigación de oficio en el primer caso, el de Luis Ramón Serra, que fue internado en la terapia intensiva del Sanatorio Pasquini. En cuanto a la situación de Reales tampoco hubo una denuncia, pero no se descarta que se tome la misma medida.
Esta situación se dio a conocer a través del perfil de Facebook de la madre de Reales, quien relató: “su hígado (está) inflamado y comenzaron a hacerle diálisis. Su estado es reservado. No entiendo nada. Me siento morir”. Ante la consulta de LA GACETA, la mujer afirmó que su hijo se encuentra mejor pero que no quería realizar ningún tipo de declaraciones.
Según se pudo saber, el muchacho se encontraba en la Escuela de Policías cuando comenzaron los malestares. Tanto su descomposición como la de Reales alentaron algunas críticas dentro de la fuerza en relación a la capacitación que los muchachos reciben. Según explicaron algunas fuentes bajo identidad reservada, los entrenamientos son extenuantes y llevan a que muchos de los ingresantes terminen abandonando.
En esta ocasión LA GACETA no pudo comunicarse con el jefe del instituto, el comisario Jorge Cruz, pero en el anterior caso este había argumentado: “los movimientos son reglamentados, no hay nada fuera de lugar. Se evita dañar físicamente a nadie”.
Si bien no existía una denuncia, la fiscalía IX°, subrogada por Adriana Giannoni, comenzó una investigación de oficio en el primer caso, el de Luis Ramón Serra, que fue internado en la terapia intensiva del Sanatorio Pasquini. En cuanto a la situación de Reales tampoco hubo una denuncia, pero no se descarta que se tome la misma medida.
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