Zecca, sobre el narcotráfico: “se necesitan cambios estructurales”

Zecca, sobre el narcotráfico: “se necesitan cambios estructurales”

“(En consumo) Tucumán supera la media de muchas partes del país”. Las ausencias: funcionarios de alto rango del PE, miembros de la Corte y legisladores El arzobispo abrió el encuentro sobre “Seguridad y Justicia”, al que asistieron representantes de sectores sociales y de Tribunales

APERTURA. Luis Raúl Alcaide (rector de la Unsta); Alfredo Zecca (arzobispo) y Luis Velasco (profesor de la UCA).   APERTURA. Luis Raúl Alcaide (rector de la Unsta); Alfredo Zecca (arzobispo) y Luis Velasco (profesor de la UCA).
25 Noviembre 2016

“Es imposible tener resultados sin el compromiso de todos los estamentos del Estado. Se necesitan cambios estructurales y políticas de Estado”, afirmó el arzobispo, Alfredo Zecca, durante la apertura de la mesa de diálogo “Seguridad y Justicia”. La muerte (no esclarecida) del sacerdote de La Florida, Juan Viroche, motorizó esta iniciativa de la Iglesia tucumana. El hecho develó el preocupante avance del narcotráfico -el padre Viroche había denunciado esta realidad- y La Florida se convirtió en epicentro de un reclamo social que ha ido extendiéndose.

Zecca abrió el encuentro, realizado en el anfiteatro de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (Unsta), durante el que se presentaron estadísticas referidas al avance de la droga en Tucumán, relevadas por la UCA a través del Observatorio de la Deuda Social. En el auditorio estaban el ministro Fiscal, Edmundo Jiménez; el camarista Ricardo Mario Sanjuán; el párroco de la Catedral, Marcelo Barrionuevo; y miembros de instituciones sociales, religiosas y educativas.

Dos ausencias para recalcar: no había ministros ni funcionarios de alto rango del Poder Ejecutivo (sólo asistió el subsecretario de Participación Ciudadana, José Farhat); tampoco legisladores ni miembros de la Corte Suprema. De los últimos ya se sabía que no iban a participar. El presidente de la Corte, Antonio Gandur, había rechazado la invitación de Zecca, con quien la relación quedó tirante luego de los cruces registrados a partir del caso Viroche. En un comunicado emitido días después de la muerte del sacerdote el Arzobispado señaló: “la corrupta complicidad de miembros de los poderes públicos que permiten que los delitos queden impunes y sigan creciendo hasta amenazar la posibilidad de una convivencia justa y pacífica en la sociedad tucumana”.

Esto no cayó bien en la Justicia y, como contrapartida, los miembros de la Corte “invitaron” al arzobispo a que fuera a dar precisiones sobre quiénes eran los corruptos a los que aludía en su mensaje. Zecca no respondió a esa invitación y días después decidió convocar a la mesa de diálogo.

El rol de cada uno

“El informe de la UCA sobre el estado de la droga y el consumo nos ha dejado atónitos porque Tucumán supera la media de muchas partes del país. Casi que me atrevo a decir que hay cuatro hogares sobre 10 con problemas de drogas”, manifestó el presbítero Marcelo Barrionuevo. “Hay una sensación de desánimo -agregó- porque la droga es como un mar negro que no tiene límites y su espesor se va haciendo más grande”.

Durante la apertura, monseñor Zecca sostuvo que la ciudadanía también debe involucrarse. “No pueden ignorar lo que está pasando”, indicó. Habló de la necesidad de educar sobre esto en un país en el que la “educación está en terapia intensiva” (sic). Después de su exposición de 15 minutos se retiró: adujo que debía guardar reposo debido a una afección en la columna. Antes se pronunció a favor de la organización de encuentros similares.

Cada uno de los presentes tuvo la posibilidad de contar sus experiencias: sacerdotes que trabajaron en La Costanera, la directora de una escuela media que dijo que a los docentes se les pide que actúen, pero no los capacitan para esa tarea; y un ex adicto que colabora en una organización social. Él explicó que para recuperarse el adicto necesita que lo saquen de un lugar en el que se siente incluido y que lo lleven a otro distinto en el que pueda incluirse. “Pero esos lugares no existen”, apuntó.

El ministro fiscal también expuso sus conclusiones sobre el encuentro. Remarcó como un hecho no casual que sea la Iglesia la que llame a este tipo de espacios de reflexión. “La religión significa re-ligar, o sea, unirnos en una tarea común. Individualmente no vamos a llegar a ningún puerto”, enfatizó Jiménez. Agregó que la política debe asumir la decisión de hacerle frente al flagelo con una política pública. “Debemos hacer lo que a cada uno nos toca”, remarcó.

Por su parte, en representación de la Justicia Federal, Sanjuán manifestó que la sanción penal sería lo último que debe buscarse. Antes de eso debe haber un Estado presente para evitar que las organizaciones criminales avancen, mencionó. “El retiro del Estado hace que gane territorio la miseria y hacia allí van las organizaciones narcocriminales porque encuentran tierra fértil”, sintetizó Sanjuán. “No hay un avance del narcotráfico, sino un retroceso del Estado”, reflexionó el magistrado.

Barrionuevo le asignó un rol clave al Ministerio de Salud. “Debe generar espacios -destacó-. Si tenemos 20.000 jóvenes adictos el Estado no puede no ofrecer estructuras para responder a esto”. Remarcó que la Iglesia también hace su esfuerzo a través de organizaciones solidarias, pero que los sacerdotes no están preparados para ello.


droga
El papa sostuvo que el país pasó de ser de tránsito a ser productor 
“Pienso en mi patria: hace 30 años era un país de tránsito y ahora es un país de consumo y hasta algo de producción”. La frase del papa Francisco retumbó durante el cierre del simposio sobre narcotráfico organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias. Acudieron funcionarios y personalidades de todo el mundo, entre ellos los jueces federales Daniel Rafecas, María Servini de Cubría, Sergio Torres y la magistrada federal de Chaco, Zunilda Niremperger, según consignó Perfil. 
El Sumo Pontífice dijo que el país llegó a esta situación por el compromiso mafioso de los responsables. 
Además, llamó a combatir el narcotráfico con prevención plena y segura rehabilitación de sus víctimas y a investigar el papel de los bancos que se dedican al blanqueo del dinero sucio.
“La prevención de la droga -agregó el Papa- siempre se ve frenada por mil y un problemas más allá de la ineptitud de un Gobierno y casi no existen programas de prevención de drogas. Una vez que avanzó y se radicó en la sociedad es muy difícil”, sostuvo, según consignó Clarín. El simposio se realizó durante dos días en un palacio blanco ubicado en los jardines del Vaticano. 


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