La novela sigue en el Concejo de Yerba Buena

La novela sigue en el Concejo de Yerba Buena

Los mandatos de las autoridades del cuerpo se encuentran vencidos desde hace dos semanas

VIRTUAL PARÁLISIS. En el Concejo, los ediles no pueden ponerse de acuerdo. la gaceta / foto de osvaldo ripoll VIRTUAL PARÁLISIS. En el Concejo, los ediles no pueden ponerse de acuerdo. la gaceta / foto de osvaldo ripoll
06 Noviembre 2016

El lunes 31 de octubre cerca de las 10.30 de la mañana, el concejal Javier Jantus puede que haya sentido lo mismo que Adán cuando Eva le puso una manzana enfrente. Estaba sentado en el recinto de sesiones del Concejo Deliberante de Yerba Buena, que todavía preside, y debía dar a conocer su voto. Tenía dos alternativas: votarse a sí mismo o elegir a su colega, Marcelo Rojas. Optó por el otro. Y al oírlo, cuatro de los concejales que lo rodeaban -y que lo habían propuesto-, se pusieron de pie y abandonaron la sala. Ese día caía, por tercera vez consecutiva y por falta de quórum, la reunión en la que los ediles debían elegir, de entre sí, a sus nuevas autoridades.

Hubo una cuarta reunión, el jueves siguiente: también se levantó. Y es que desde hace dos semanas (al menos), las discrepancias le impiden a ese parlamento renovar la presidencia y las dos vicepresidencias. El plazo se encuentra vencido desde el viernes 28. El reglamento interno establece que, hasta que se concrete la elección, se mantienen los cargos vigentes. Pero ¿hasta cuándo?, se preguntan algunos de ellos.

- Entiendo que se trata de una negociación política. Pero todo tiene un límite. Están perjudicando el funcionamiento de una institución. Es hora de que prime el sentido común -declara Jantus, el presidente con mandato vencido. En pos de ese argumento suyo, dice que, anteayer, modificó la comisión de Peticiones y Poderes del cuerpo, que es la que debe revisar el expediente de asunción de un nuevo edil, Rodolfo Aranda.

En este punto, puede que el lector se pregunte qué tiene que ver esto con la elección. Pues bien, Aranda debe ocupar la banca que ha quedado vacía luego de que Lisandro Argiró asumiera como secretario de Gobierno del intendente radical Mariano Campero. Pero ese grupo de trabajo no ha emitido dictamen y el novel no formalizó su asunción.

Hasta el viernes, Peticiones era presidida por el radical Benjamín Zelaya. Jantus lo removió, puso allí a Marcelo Rojas y a José Macome -del partido vecinal Cambiemos Yerba Buena- y al radical Lucas Cerúsico. “Tengo facultades para hacerlo”, asegura. Según sus pronósticos, el grupo despachará el expediente en los próximos días. “Después, llamaré a sesión (probablemente para el jueves). Ahí se harán la asunción y la elección. Hay que terminar con esta historia”, añade.

Lo que la elección se cobró

La novela de los concejales yerbabuenenses comenzó a mediados de octubre, cuando debía renovarse la Mesa de Conducción. Desde entonces, han protagonizado varios capítulos de tensión. El inicial contó con la actuación del peronista Héctor “Pilón” Aguirre, quien antes de subirse al avión que lo llevaría a Miami, donde se tomó unos días de descanso, advirtió que, si convocaban a una sesión en su ausencia, el responsable iba a ser Campero, en una maniobra para dejarlo afuera de la votación.

Aguardaron su regreso, y el jueves 27 -un día antes de que expiraran los mandatos- citaron a la sesión. Hasta ahí, se sabía que Jantus tenía el anhelo de retener el cargo. Pero le había aparecido un contricante: Zelaya, pese a que ambos integraban el mismo bloque político, Unidos Por Yerba Buena. Aquel cónclave fue el primero de cuatro que cayeron por falta de quorum. En esa ocasión, faltaron Zelaya y el radical Maximiliano García; y Aguirre y su par peronista Walter “Kabuby” Aráoz. A estas alturas, los cuatro habían conformado un grupo en respaldo de Zelaya.

En el temario de esa sesión se había incluido, además, la toma de mando de Aranda. Jantus iba a contar, así, con ese voto. Se especulaba que lo hubieran respaldado Macome y Rojas. Pero no se sabía cómo iban a sufragar el macrista Pedro Albornoz Piossek y Cerúsico. Ambos han denunciado a Jantus en el Instituto Nacional contra la Discriminación, Xenofobia y el Racismo (Inadi), por discriminación y persecusión política.

Tras ese fracaso, Jantus convocó al día siguiente, otra vez, con una hora de anticipación. Dijo que lo hizo porque en esa fecha expiraban los mandatos. Al revés de lo ocurrido en la ocasión anterior, el grupo de los cuatro bajó el recinto, y el resto estuvo ausente.

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Tras el fin de semana, volvieron a verse las caras el lunes siguiente (es la sesión narrada en el encabezado de este artículo). En el orden del día estuvo escrita la asunción de Aranda y la elección, de nuevo. Para ese entonces había surgido un tercer postulante: Rojas, quien no sólo contaba con la venia de su compañero, Macome, sino que además había logrado aglutinar los sufragios de Albornoz Piossek y de Cerúsico. También Jantus declaraba que declinaba su candidatura para apoyarlo.

En medio de la sesión, en vez de a Zelaya, el grupo de los cuatro hizo una propuesta sorpresiva: ternó a Jantus como presidente. Pero cuando el nominado votó a la otra opción, se produjo el levantamiento. Según dijeron los que se fueron, tomaron esa decisión porque Jantus incumplió su palabra, pues aseguran que, horas antes, habían llegado a un acuerdo. “Le pusieron por delante la misma manzana que a Adán”, comparan otros. Tras ese capítulo, puede que esta semana los concejales decidan que esta novela ha llegado a su fin.

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"Esto ha perjudicado la imagen de todos; la gente no distingue"

El concejal macrista Pedro Albornoz Piossek empieza sus declaraciones pidiendo perdón. Primero, les pide disculpas a los vecinos. Y luego, hace lo mismo con su futuro colega, Rodolfo Aranda. "Quiero que los ciudadanos nos perdonen -reitera-. Por el capricho de cuatro personas, desde hace dos semanas, este órgano legislativo no sesiona y tiene un edil menos". Albornoz Piossek declara que siente "vergüenza ajena" por lo que están haciendo, pues considera que deberían ocupar el tiempo en debatir cómo combatir la inseguridad, por ejemplo, en vez de pelearse por una "triste elección".

Ante estas acusaciones, el radical Maximiliano García (uno de los cuatro a los que señala Albornoz Piossek) se planta: "están utilizando un falso eje de discusión. Acuden a ese argumento para demonizarnos ante la opinión pública. Nosotros no cuestionamos la asunción de Aranda. Sólo hacemos uso de nuestras facultades para evitar el avasallamiento del intendente Mariano Campero, quien necesita ese voto para alcanzar una mayoría".

- ¿Qué sensación le provoca este conflicto?
- No considero que sea un conflicto; esto forma parte del folclore de la política. Siento que ha quedado en evidencia la intención de Campero de convertir al Concejo en una escribanía suya. Ha sido él quien nos ha dejado con nueve concejales, cuando se llevó a uno de nosotros para que sea funcionario suyo. Y es él quien quiere, ahora, imponernos un conductor. 

También el radical Benjamín Zelaya abona esa teoría. "Se quiere instalar en la ciudadanía que un grupo de concejales, entre los que me encuentro, no queremos dar quorum por un capricho personal o por cuestiones económicas. Esa acusación es falsa", escribió en un perfil en Facebook.

En ese escrito, al que tituló "Carta a los vecinos", Zelaya argumenta que el quorum es una herramienta válida, que habitualmente se usa por los parlamentarios para impedir que se traten temas a los que se oponen o que consideran que no han sido discutidos por los integrantes de un determinado cuerpo colegiado. "Consideramos que no existe un debate maduro que permita proponer una terna válida para la conducción del Concejo", prosigue.

Otro representante del "grupo de los cuatro" -como los han denominado- es Héctor "Pilón" Aguirre. Él hace incapié en que no avalará una terna en la que se encuentren Cerúsico y Albornoz Piossek junto a un candidato afín a Campero. "Han quedado en evidencia los mercenarios políticos. Ellos han denunciado a Jantus y al intendente, de modo permanente. Hoy, en cambio, acompañan la misma fórmula", agrega. Por último, expresa que a los vecinos estas cuestiones no les interesan, e insta a superar la disputa y a ocupar el tiempo, en vez, en fiscalizar las contrataciones hechas por la Municipalidad.

Desde la vereda contraria, el radical Lucas Cerúsico coincide con Albornoz, debido a que lo correcto -a su juicio- es que Aranda asuma antes de la elección de autoridades. "Eso es lo justo y lo primero que debemos hacer. Tiene derecho a elegir y a ser elegido. Son las reglas de la democracia. Zelaya, como presidente de la comisión de Peticiones, ha tenido retenido ese expediente", evalúa.

Luego confía que, hasta ahora, se mantiene firme la fórmula que postula a Rojas a la presidencia. Las vicepresidencias serían para él mismo y para Aranda, en ese orden. "Esto ha perjudicado la imagen de todos nosotros, porque la gente no distingue. Desde hace dos semanas estamos trabados", evalúa. También Macome ha acudido a su perfil en Facebook para hacer un descargo. "Esto está haciendo que  Yerba Buena no avance; no cambie", concluye.

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