“El diseño de autos conjuga lo técnico con lo artístico”

“El diseño de autos conjuga lo técnico con lo artístico”

El diseñador de transporte José Luis Denari analiza la relación “diseño- seguridad” y presenta algunos de sus proyectos. El campo y Top Race.

PARA FANATICOS DEL DISEÑO AUTOMOTOR. Denari se formó en Italia y entre sus diseños figuran los autos de la categoría Top Race. LA GACETA / FOTO DE JUAN PABLO SANCHEZ NOLI PARA FANATICOS DEL DISEÑO AUTOMOTOR. Denari se formó en Italia y entre sus diseños figuran los autos de la categoría Top Race. LA GACETA / FOTO DE JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
30 Agosto 2015
Imaginá lo siguiente: viajar por el mundo, visitar los salones del Automóvil más importantes, las fábricas y los laboratorios de las principales marcas, entrevistar a los referentes y estar al tanto de las últimas tendencias y novedades de la industria automotriz... A eso sumale la posibilidad de investigar y diseñar desde autos de carrera hasta vehículos específicos que resuelven necesidades determinadas. Aunque no lo parezca, esto es un trabajo. Y es, a muy grandes rasgos, el oficio del que vive José Luis Denari.

Con 40 años, este periodista y diseñador de transportes posee el trabajo con el que sueñan muchos de los fanáticos de los motores. Para entenderlo vale la pena darse una vuelta por su trayectoria: estudió en el prestigioso Istituto Europeo di Design, en Torino, Italia. Entre sus profesores estuvieron nada más y nada menos que Mauricio Corbi (diseñador de la Ferrari F50, entre otras) y Darío de Angelis (creador del Lancia Beta Coupé). Trabajó en Alfa Romeo y a fines de la década del 90 regresó a la Argentina. Acá fundó Denari Design y se dedicó al periodismo. Primero, en “A todo motor”, la revista de Rubén Daray. Después, en El Garage, en C5N y en FOX. También edita su propia publicación, “Móvil”.

Llegó a Tucumán para dictar un curso en la Universidad San Pablo-T. Durante una entrevista con LA GACETA analizó el vínculo entre diseño y seguridad, detalló algunos de los proyectos en los que está trabajando y ensayó ideas para resolver el caos vehicular en las grandes ciudades.

- ¿De qué se trata el curso que viniste a dictar?

- Ahora estoy trabajando en dos proyectos, que traje como ejemplos. Uno es un pool rural, un vehículo para las escuelas rurales. Su función es trasladar a los chicos. En las escuelas rurales, la deserción escolar llega al 70% y la idea es tratar de eliminar eso con un vehículo escolar. Además, es un vehículo antena, una especie de router inalámbrico: le baja un paraguas de internet a la escuela. Así, las computadoras que les da el Estado pueden tener un funcionamiento superior al que poseen hoy. También traje otro diseño que estoy desarrollando: los autos de la categoría Top Race. En 2010 diseñé los que empezaron a correr en 2012; ahora me encargaron hacer los del año que viene.

- Es decir, el diseño va mucho más allá de lo puramente estético...

- En realidad, hay un concepto del diseño que es demasiado superficial. Generalmente, en las revistas, se refieren al diseño cuando están hablando del estilo del auto. El diseño es mucho más abarcativo. Entre los temas que aborda y resuelve está el estilo. Por eso, el pool rural es una Toyota Hilux cabina simple que fue carroza, es decir, tiene una cúpula hecha con materiales compuestos. Pueden ir 10 chicos en la caja. Acá, el diseño tiene más que ver con lo funcional que con lo estético, porque lo estético no tiene ningún valor en un vehículo rural.

- ¿De dónde parte el diseño? ¿De la inspiración o de la necesidad de resolver un problema?

- En realidad, todo depende de cuál sea el objetivo. Un utilitario se diseña de una manera completamente distinta a una Maserati. Una Maserati es un hecho estético en sí mismo y el estilo tiene mucha importancia. La habitabilidad, en cambio, no importa tanto. Pero en un utilitario, el espacio interior y cómo se lo aprovecha es el 90% del diseño. Después, dependiendo del tipo de proyecto se arranca de distinta manera: puede ser más pragmática o más estilística. También depende mucho de la marca.

- ¿Cuesta asociar estilo y seguridad?

- La seguridad en un automóvil afecta directamente al estilo. Vas a ver que los autos de hoy están como más inflados y eso tiene que ver con que cambiaron las normas de seguridad a nivel global. Un panel de puertas que antes medía 18 centímetros, ahora mide 25. Porque todos los perfiles que se usan para un impacto lateral cambiaron. Lo mismo pasa en la zona del capó.

- Además del ABS y de los airbags ¿qué otros dispositivos de seguridad deberían incluirse de manera obligatoria en los autos?

- Creo que es mucho más importante la seguridad activa que la pasiva. Es decir, cómo prevenimos el accidente y no cómo lo resolvemos cuando ya ocurrió. El airbag es seguridad pasiva. El ABS es seguridad activa. Yo reforzaría la seguridad activa colocando control de estabilidad de serie. Es muy importante en zonas como Tucumán, que tiene épocas de lluvias muy importantes y el agua causa muchos accidentes.

- ¿El diseño de transporte puede ayudar a hacer más eficiente el transporte público?

- Si pensamos que estamos en un promedio que va de 600.000 a 950.000 autos vendidos en Argentina, es lógico que cada vez sea más difícil circular en las ciudades. Lo que se resolvió hace 20 años en las principales capitales del mundo es priorizar el transporte público en detrimento del transporte privado. Vos vas a decir “tardo el doble si voy en auto”, porque la idea es que no vayas en auto. El carril exclusivo, como el del Metrobus, es el sistema que se utiliza en todo el mundo.

- Muchos sueñan con tu trabajo ¿Pero qué implica vivir de diseñar vehículos?

- Lo lindo que tiene esta disciplina es que logra conjugar un poco lo técnico con lo artístico. Cuando arrancamos con los Top Race, al diseño lo resolvimos en cuatro días ¿Es un hecho artístico? Sí, porque nos sentamos a dibujar. Pero teníamos un dead line de cuatro días, porque hay una industria por atrás. Yo empecé estudiando ingeniería, es decir, me gusta el aspecto técnico y no me quedo solo con lo estético. Es una linda conjunción de dos disciplinas.

- ¿Por qué volviste a la Argentina?

- Volví de vacaciones. Estuve cuatro años en Italia, en Torino. Y después pasé por Alfa Romeo, en Milán, donde estuve trabajando. En la zona de Lombardía y Piamonte tenés nubes prácticamente todo el año y necesitaba ver a mis amigos, un poco de sol y de diversión. En esa época escribía para la revista “A todo motor”, de Rubén Daray. Me llamó a la oficina y me preguntó si quería seguir escribiendo mientras estaba en Buenos Aires. Le dije que sí. Eso fue en 1999. A la semana me fui a Detroit (Estados Unidos) a probar unos autos y después tuve dos días de vacaciones en Miami. Y dije: “está bueno esto”. Y me terminé quedando en Argentina casi sin darme cuenta. Esta actividad (el periodismo) me permite seguir haciendo otras cosas: me ha tocado diseñar colectivos, autos de competición y ahora uno para las escuela rurales... Es decir, sigo trabajando en lo mío.

- ¿Hay mercado para los diseñadores de transporte en Argentina?

- Lo primero que les digo a los alumnos es que no hay salida laboral para esto en Argentina, que estudien una carrera dura y que después sí hagan esto como una especialización. Así que la respuesta es no, no hay salida laboral. Pero eso no quita que no haya trabajo. Con un poco de ingenio podés hacer cosas. El diseño radica en identificar un problema y resolverlo de manera creativa. Punto. En el transporte hay un montón de ramas y cosas para resolver. Si resolvés problemas es posible que termines haciendo un negocio ¿Hay mercado para eso? Sí. El tema es que también se necesita un Estado que conecte la universidad con lo que pasa en la vida real, Por ejemplo, se compraron trenes a China, pero se los podría haber hecho en Argentina. Tenés la capacidad instalada y los recursos humanos y técnicos ¿Por qué no se lo hizo? Porque los tiempos de la política son otros. No le generamos valor a nada. Estoy en Tucumán, una provincia fantástica y linda; de hecho mi mamá veraneaba acá. Llegás y te hablan de la naturaleza, pero nadie le agrega valor. Desde que mi mamá venía para acá pasa exactamente lo mismo.

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