“No es eutanasia, pero el resultado es el mismo”, dijo el padre Barrionuevo

Para la Iglesia católica, la piedra de toque sobre la muerte digna está en la existencia o no de muerte cerebral del paciente. Y, en el caso puntual de Marcelo Diez, esa condición no estaba dada y, por lo tanto, retirarle los mecanismos básicos que lo mantenían con vida (hidratación, oxígeno, alimentación) significaba “intervenir para definir una situación que debería definirse naturalmente”, según el párroco Marcelo Barrionuevo.

LA GACETA había hablado con el padre Barrionuevo antes de conocida la muerte de Diez. En opinión del sacerdote, el dictamen (de la Corte) permitía “la eutanasia directa”. “Es un triste fallo”, se había lamentado el sacerdote, antes de que se conociera la muerte del paciente. “La ley llamada de muerte digna tiene grises y oscuros en cuanto a la toma de decisión de los familiares o del paciente. No es una eutanasia, pero el resultado es el mismo”, agregó. El obispo de Neuquén, monseñor Virginio Bressanelli, había rechazado los fallos judiciales sucesivos a favor del derecho del paciente y les había pedido a los familiares de Marcelo hacerse cargo del joven en estado vegetativo hasta su muerte natural.