En los estudios de yoga para gordos, las redondeces prominentes no avergüenzan

En los estudios de yoga para gordos, las redondeces prominentes no avergüenzan

En EE.UU, cada vez más instructores trabajan con personas con sobrepeso. La idea no es adelgazar sino se sientan bien con ellos mismos Kayleen Schaefer / The New York Times.

PARA RENDONDITOS. Cuatro personas con sobrepeso practican yoga en un estudio de Estados Unidos. Brian Harkin/The New York Times PARA RENDONDITOS. Cuatro personas con sobrepeso practican yoga en un estudio de Estados Unidos. Brian Harkin/The New York Times
08 Mayo 2015
Los vendedores telefónicos y los de agua embotellada que hablan al estudio de yoga de Anna Ipox en Portland, Oregón, preguntan a menudo: “¿Hablo al sitio de yoga?”. Ella responde que hablan con Fat Yoga (Yoga para gordos). Ese es el nombre del estudio y uno que muchas personas batallan por pronunciar. “La gente piensa que gordo significa descuidado, sin control, sucio o flojo”, comentó Ipox. “No es así”, dictaminó.

Además del hecho de que la palabra gordo suele ser usada de modo despectivo, no es usual que se la reúna con la palabra yoga. El yoga remite a cuerpos delgados, flexibles; no a los redonditos, a los de curvas promitentes. Sin embargo, estudios especializados, como Fat Yoga y muchos otros en Estados Unidos, están tratando de combatir este estereotipo.

En Nueva York están MegaYoga, Buddha Body Yoga y Yoga for Abundant Bodies. Curvy Yoga está en Nashville, Tennessee; HeavyWeight Yoga en Austin, Texas, y Big Yoga, en Buckingham, Virginia.

“Muchos gordos han tenido experiencias terribles en los estudios regulares, donde el maestro supone que son principiantes y no está dispuesto a tocarlos. A veces también es condescendiente y los ve a través de sus propios prejuicios”, explicó Ragen Chastain, una escritora de blogs en Los Angeles que escribe en danceswithfat.org.

Agregó que está de acuerdo con los nombres que adoptaron estos estudios. “Si vendes goma de mascar, quieres un letrero que diga que vendes goma de mascar”, dijo Chastain: “Estos nombres dicen: ‘yoga para gordos aquí’. Si eres gordo y quieres hacer yoga, ven aquí”.

“Yo quería algo que no generara remordimientos y que contagiara entusiasmo. Justamente por eso no quería algo tan políticamente correcto como ‘Yoga para personas con curvas agradables’”, comentó Megan Stancill, quien da clases en Nueva York.

No todos están convencidos de la nueva lingüística del yoga. “Las palabras son engañosas”, dijo Tracy Weber, quien imparte la clase Yoga para Cuerpos Redondos en su estudio en Seattle. “Gordo puede ser una palabra de empoderamiento para alguien, pero, para mí, es una palabra que me hizo sentir menos. Si alguien me dice esa palabra, me siento mal”, aseguró.

Sin embargo, la mayoría de estos instructores tiene un propósito similar: asociar al yoga con imágenes que trascienden la imagen de personas en perfecto estado físico para que parezca accesible a todos.

Los instructores de yoga orientados a las personas grandes diseñan los ejercicios para ellas. A diferencia de otras actividades físicas, como correr o hacer Zumba, en el yoga es necesario adaptar la práctica al tamaño del cuerpo; algo que no todos los maestros saben hacer, dijo Amber Karnes, quien enseña Body Positive Yoga en Charlottesville.

Ella incorpora modificaciones para sus estudiantes, como colocar un reforzador en la base de la columna vertebral como apoyo cuando están acostados con las piernas en alto, o poner bloques bajo las manos cuando están de pie e inclinados hacia adelante para no apretar al estómago.

Jayvin Jordan-Green, de 28 años, buscaba lugar para practicar esta disciplina donde el maestro no supusiera que estaba en el proceso de bajar de peso.

“He tenido maestros que dijeron: ‘Esto te va a ayudar a mantenerte delgado’ o ‘Eso va a hacer que te deshagas de este rollo indeseado’”, contó. “He tenido muchos maestros que me trataron como si fuera su proyecto especial. Me veían como la fotografía del después, cuando yo no quería ser la fotografía del ‘después’”.

Exclusividad


Algunos profesores son inflexibles. Por ejemplo, Michael Hayes, dueño de Buddha Body Yoga en Nueva York, se niega a dictarles clases a las personas delgadas; es decir, si eres demasiado flaco, quedas fuera. “¿Estoy excluyendo a las personas pequeños por las grandes?”, preguntó. “La respuesta sería sí. Hay muchos estudios para personas que son más reducidas”.

En una ocasión, en su estudio, se rechazó a tres mujeres pequeñitas que querían tomar una clase. “La gente flaca no está contenta con eso”, dijo sobre su política. “El impacto, la molestia y el enojo son verdaderamente profundos. Pero estoy más interesado en trabajar con cuerpos grandes”.

Sin embargo, otros yoguis son más flexibles. Ipox de Fat Yoga dijo que el punto es dar la bienvenida a personas de todos los tamaños. Notó que los estudiantes potenciales preguntan a menudo: “¿Soy suficientemente gordo?”.

“Tuve que encontrar una forma de decirle a alguien: ‘Está bastante gordo’ o ‘Está bien, eres gordo’”, dijo. “El guión está totalmente cambiado. Muchas personas no se dicen gordas en ninguna parte además de Fat Yoga, donde el hecho de que te digan gordo es algo bueno”.

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