Para acercarse a la felicidad es clave aprender a manejar la adversidad con éxito

Para acercarse a la felicidad es clave aprender a manejar la adversidad con éxito

Actitudes, pequeños placeres cotidianos y gestos de generosidad son algunas claves que marcan el camino de la alegría. En la vida siempre habrá buenos o malos momentos. Pero va a depender de nosotros que la negatividad se profundice o se reduzca.

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20 Enero 2014
¿Quién no quiere ser feliz? Tal vez sea la meta universal del ser humano cualquiera sea su edad, su sexo, su nacionalidad o su cultura. En esto coinciden los estudiosos de la psiquis humana, a la vez que afirman que la felicidad es un estado de bienestar que se puede lograr según la dirección que le demos a nuestras acciones.

También hay acuerdo en que ciertos factores como la juventud, la belleza o el dinero no hacen a la felicidad, ya que está comprobado que, cuando se alcanzan, las personas no siempre se sienten plenas y satisfechas. Y, si consiguen sentirlo, esa sensación no dura mucho tiempo.

Optimismo

Algunos hablan de actitudes, como Margarita Tarragona, psicóloga mexicana, especializada en los procesos de transformación personal y relacional, como el coaching, la consultoría y la psicoterapia. Ella estuvo en Tucumán en septiembre pasado y en una de las principales referentes de la Psicología Positiva. Tarragona habla del optimismo, al que define como algo que tiene que ver con nuestras expectativas sobre el futuro y con nuestras metas.

“Las personas optimistas esperan que les sucedan cosas buenas, mientras que los pesimistas esperan que les pasen cosas malas”, dice. Pero no es una cuestión solo de esperar a lo que suceda sin hacer nada. No se cambia de optimista a pesimista con solo pensarlo o desearlo. Algo hay que hacer.

“Los optimistas piensan que la adversidad se puede manejar exitosamente, y por eso se enfrentan a los retos con confianza y perseverancia. Los pesimistas, en cambio, esperan lo peor, temen un desastre y por eso tienden a dudar y evitan actuar ante los retos”, continúa Tarragona en un artículo escrito en su blog.

Placer

Otros plantean la necesidad de darse pequeños placeres cotidianos, como Evelyne Bissone Jeufroy, autora del libro “Cuatro placeres al día, ¡como mínimo! El despertar del cuerpo y el alma”, quien sostiene que somos nosotros mismos los que levantamos barreras que nos impiden alcanzar el bienestar.

Su propuesta es simple: “tomar un baño, completar un crucigrama o dar un paseo, tomar un café en el bar de la esquina, llamar a esa persona tan querida, pueden traernos consecuencias benéficas si lo vivimos con plenitud y con la conciencia del aquí y del ahora. Nuestra salud se enriquece; despertamos a un estado de alegría y de paz interior que es contagioso, y se transforma nuestro entorno”. “El placer que nos hace vivir bien, es el que a menudo está hecho de cosas simples. No es el que hace ignorar al otro o lo hace sufrir”, aclara.

También advierte que la búsqueda de la perfección es un impedimento para el placer

Al explicar cómo se experimenta ese placer, la autora dice: “cuando nos percatamos de que nuestros cinco sentidos, poco a poco, se despiertan; y que nuestra respiración, hasta entonces superficial y corta, se expande”.

Contagio

Por otra parte, los doctores Nicholas Christakis de la Universidad de Harvard, y James Fowler, de la Universidad de California. Estados Unidos, realizaron un estudio que los llevó a la conclusión de que la felicidad es contagiosa. Por lo tanto, también es importante que seamos cuidadosos al elegir con qué personas nos rodeamos.

“Con nuestro último estudio confirmamos que la felicidad es como una estampida o corriente que se extiende entre la gente. El sentirse feliz o contento no depende solo de las decisiones que tomemos y lo que hagamos, sino también del comportamiento y los pensamientos de las demás personas que nos rodean, incluso si no los conocemos”, dice Christakis. “La expansión de la felicidad y los buenos deseos puede ser enorme: primero entre los amigos, luego entre los amigos de estos, y finalmente alrededor de los conocidos de los últimos”, agrega el especialista.

En síntesis, en la vida hay malos y buenos momentos. Depende de dónde pongamos nuestro eje podremos crear situaciones negativas o positivas, como afirma el psiquiatra Roger Montenegro, “Es fundamental mantener una actitud positiva para crear contextos de alegría y felicidad”, destaca.

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