LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO - FRANCO VERA
Los protagonistas de esta historia son los chicos de Edapi (Instituto de Enseñanza Especial y de Integración) y sus maestros. Son chicos especiales, porque sufren algún tipo de discapacidad intelectual. Pero por lo demás, son adolescentes como cualquier otro y, como todos, están en proceso de construir su habilidad para hacer las cosas por sí mismos, y sueñan, como todos, en "encajar" en la cultura juvenil. ¿Qué podemos decir? Parecen ir por muy buen camino.
En octubre de 2012 enfrentaron el primer gran desafío de este tipo: debutaron con una coreo en la Semana del Tulio... y fue un exitazo. Se habían bautizado a sí mismos Edapi Revolution, y en pocos días recibieron invitaciones de otros colegios, y de otras ciudades. Este año decidieron ir por más: organizaron, llevaron adelante y disfrutaron con todo y a mil de su propia semana, con el lema "Soy igual a vos".
Preparativos
Los ensayos y la preparación de banderas y carteles se han alternado con las matemáticas y la computación, pero apenas suena el timbre del recreo el patio se puebla de remeras rojas. En un ratito, nomás, la música llena la escuela, y Yanina, Jesús, Luciano, Sofía, Facundo, Octavio, Florencia, Fernanda, "Benja", Hernán, junto con otros 50 chicos, corean eufóricos "¿Edapi está? ¡Sí, está!", mientras levantan las manos, y hacen bailar los carteles y las banderas que acompañaron la caravana por "la 25" con la que hace ocho días presentaron "Semana Edapi 2013" en sociedad, y los que usarán para adornar el Club Tucumán y Gimnasia, que la albergará.
"Participan todos los alumnos: los del primario, los del secundario y los de los talleres de formación de adultos", explica Viviana Herrera de Mansilla, fundadora de la escuela y militante de la inclusión. "En total, superan los 150 chicos. Todos trabajaron mucho: ensayaron con ahínco, cortaron y pegaron letras y flores para hacer los carteles y las banderas. Están realmente felices", añade.
Con un entusiasmo envidiable, sin importar la inclemencia del sol, dan los últimos ajustes a la coreo que presentarán para competir con las de otros 21 colegios. Lucas Mata, el coreógrafo, ya no necesita marcarles el ritmo: el cuerpo de baile "oficial", que este año se llama "Edapi Recargado", lleva meses ensayando concienzudamente un número en el que el pop y el reaggetón van dejándose el lugar alternadamente, igual que los bailarines.
En los rostros de los chicos se cruzan el ceño fruncido y serio de la concentración y la inmensa algarabía festiva. En los de los adultos, que los acompañan con palmas y gestos de aliento (algunos hasta intentan algunos "pasitos"), el cansancio de estas jornadas maratónicas de preparativos es rápidamente superado por la admiración y la alegría de ver cómo el sueño se va cumpliendo.
La gran fiesta
Ellos son los que anoche, mientas las páginas de este diario se imprimían para vos, lector, compitieron con sus trajes negros con vivos fucsia, en un cierre de gala y a toda orquesta. Se presentó un video institucional, hubo números de acrobacias circenses y en cinta, a cargo del grupo La Tumbalata, el concurso de coreografías y el baile final.
Pero las del concurso no fueron las únicas coreografías: también por la mañana hubo fiesta en el club. "Hizo falta organizar coreos para todos. Como quedaron fascinados con el éxito del 'Edapi recargado' preparamos una instancia interna, para que todos puedan bailar", cuenta Mansilla.
Los alumnos, divididos por curso e identificados con un color, se turnan sobre el escenario. Mientras Ricky Martin canta "... no dejes de bailar; la vida es una fiesta y goza", Lucas en este caso sí se sube al escenario y da instrucciones: "arriba los brazos, paso al costado, caderassss ¡y... twist!". Cuando llegan los aplausos, Mariana, por lo general muy tímida, tira besos. Lucas ha bailado con todos. Y recibe de todos la ovación.
Mientras esto ocurre, el profe de gimnasia, Diego Herrera, rememora la jornada del día anterior: voley, básquet y sesiones de zumbafitness compartidos con alumnos de otros cuatro colegios invitados. "Fue fantástico cómo se integraron y disfrutaron juntos", cuenta. Y en los muros quedan las huellas del paso de la gente de Acción Poética Tucumán.
¿Balance? Misión más que cumplida. Definitivamente, Edapi sí está.
En octubre de 2012 enfrentaron el primer gran desafío de este tipo: debutaron con una coreo en la Semana del Tulio... y fue un exitazo. Se habían bautizado a sí mismos Edapi Revolution, y en pocos días recibieron invitaciones de otros colegios, y de otras ciudades. Este año decidieron ir por más: organizaron, llevaron adelante y disfrutaron con todo y a mil de su propia semana, con el lema "Soy igual a vos".
Preparativos
Los ensayos y la preparación de banderas y carteles se han alternado con las matemáticas y la computación, pero apenas suena el timbre del recreo el patio se puebla de remeras rojas. En un ratito, nomás, la música llena la escuela, y Yanina, Jesús, Luciano, Sofía, Facundo, Octavio, Florencia, Fernanda, "Benja", Hernán, junto con otros 50 chicos, corean eufóricos "¿Edapi está? ¡Sí, está!", mientras levantan las manos, y hacen bailar los carteles y las banderas que acompañaron la caravana por "la 25" con la que hace ocho días presentaron "Semana Edapi 2013" en sociedad, y los que usarán para adornar el Club Tucumán y Gimnasia, que la albergará.
"Participan todos los alumnos: los del primario, los del secundario y los de los talleres de formación de adultos", explica Viviana Herrera de Mansilla, fundadora de la escuela y militante de la inclusión. "En total, superan los 150 chicos. Todos trabajaron mucho: ensayaron con ahínco, cortaron y pegaron letras y flores para hacer los carteles y las banderas. Están realmente felices", añade.
Con un entusiasmo envidiable, sin importar la inclemencia del sol, dan los últimos ajustes a la coreo que presentarán para competir con las de otros 21 colegios. Lucas Mata, el coreógrafo, ya no necesita marcarles el ritmo: el cuerpo de baile "oficial", que este año se llama "Edapi Recargado", lleva meses ensayando concienzudamente un número en el que el pop y el reaggetón van dejándose el lugar alternadamente, igual que los bailarines.
En los rostros de los chicos se cruzan el ceño fruncido y serio de la concentración y la inmensa algarabía festiva. En los de los adultos, que los acompañan con palmas y gestos de aliento (algunos hasta intentan algunos "pasitos"), el cansancio de estas jornadas maratónicas de preparativos es rápidamente superado por la admiración y la alegría de ver cómo el sueño se va cumpliendo.
La gran fiesta
Ellos son los que anoche, mientas las páginas de este diario se imprimían para vos, lector, compitieron con sus trajes negros con vivos fucsia, en un cierre de gala y a toda orquesta. Se presentó un video institucional, hubo números de acrobacias circenses y en cinta, a cargo del grupo La Tumbalata, el concurso de coreografías y el baile final.
Pero las del concurso no fueron las únicas coreografías: también por la mañana hubo fiesta en el club. "Hizo falta organizar coreos para todos. Como quedaron fascinados con el éxito del 'Edapi recargado' preparamos una instancia interna, para que todos puedan bailar", cuenta Mansilla.
Los alumnos, divididos por curso e identificados con un color, se turnan sobre el escenario. Mientras Ricky Martin canta "... no dejes de bailar; la vida es una fiesta y goza", Lucas en este caso sí se sube al escenario y da instrucciones: "arriba los brazos, paso al costado, caderassss ¡y... twist!". Cuando llegan los aplausos, Mariana, por lo general muy tímida, tira besos. Lucas ha bailado con todos. Y recibe de todos la ovación.
Mientras esto ocurre, el profe de gimnasia, Diego Herrera, rememora la jornada del día anterior: voley, básquet y sesiones de zumbafitness compartidos con alumnos de otros cuatro colegios invitados. "Fue fantástico cómo se integraron y disfrutaron juntos", cuenta. Y en los muros quedan las huellas del paso de la gente de Acción Poética Tucumán.
¿Balance? Misión más que cumplida. Definitivamente, Edapi sí está.
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