Plantean la necesidad de una reforma fiscal

MAR DEL PLATA.- Los impuestos son un estigma para los empresarios. No porque haya que pagarlos, sino por los efectos negativos en la competitividad de las compañías. Por eso, tres expertos partieron ayer de la base de que la presión tributaria es muy elevada en Argentina, que representa el 40% del Producto Bruto Interno (PBI), tanto que distorsiona cualquier actividad. Juan Manuel Llach, Humberto Bertazza y Guillermo Pérez plantearon en IDEA la necesidad de avanzar en una reforma tributaria integral que elimine las distorsiones, sea más equitativo y no desaliente inversiones y la producción.

Llach, profesor del IAE Business School, consideró que no es sano que el país tenga niveles extremos de distribución en gasto público, presión impositiva, impuestos distorsivos y centralismo fiscal. "Hay que devolverle a las provincias potestades tributarias y a los municipios que puedan recaudar los impuestos a las Ganancias, por ejemplo, si no, no somos un país federal. Es necesario más federalismo", reforzó.

Llach hizo hincapié en que la coparticipación no está disminuyendo las desigualdades regionales. "Se ha comprobado que un sistema fiscal centralista termina conspirando contra las formas republicanas de gobierno, lleva a una concentración de recursos tan grande que deriva en un sistema político de naturaleza hegemónica", dijo.

"Hay que reducir los impuestos distorsivos, acelerar la devolución del IVA de inversión, sobre todo, el ajuste por inflación; el verdadero remedio es luchar contra la inflación, pero si la institucionalizamos no podemos estar cobrando impuestos sobre una ganancia ficticia", sugirió.

Bertazza, titular del Colegio Profesional en Ciencias Económicas porteño, afirmó que el Gobierno debe dejar de aplicar parches a un sistema que requiere una reforma amplia e integral. "Para financiar el gasto público se debe facilitar la inversión y el empleo, algo que el sistema actual no lo hace", planteó. Según el experto, en aquel proceso reformista hay que revisar la imposición de los impuestos regresivos como los derechos de importación e impuesto al cheque, y dotarlos de regímenes más virtuosos".

En su exposición, Pérez, CEO del Grupo GNP, no tuvo dudas en calificar de malo al actual sistema impositivo argentino, argumentando que atenta contra la competitividad. "Tiene impuestos regresivos que, sumados, atacan el 20% del PBI, por necesidades recaudatorias que no responden a un sistema tributario eficaz". Respecto de la coparticipación, Pérez dijo que desde 1988 no se realizan cambios y esto fue causando mayores pérdidas para las provincias.