Le robaron la plata que ahorró para una cirugía del corazón y amenazaron con matar a su hija

No sólo les robaron en su casa a plena luz del día, sino que además juraron que regresarían a la noche para matar a la hija del matrimonio, una nena de 12 años. La que vivió ayer esta terrible experiencia fue una familia del barrio Echeverría, que suplicaba custodia policial por temor a que los delincuentes volvieran y cumplieran con su promesa. Paola Cuezzo salió de su casa a las 12 para ir a visitar a su mamá. A esa hora, su esposo y su hija estaban haciendo compras en un supermercado de la zona. El hombre, David del Bueno, volvió con la niña a las 13.10. En cuanto se paró frente a la vivienda, situada en Venezuela al 2.400, supo que algo andaba mal.

"Me encontré en la vereda con uno de los ladrones, que había quedado de campana. Lo empujé y cayó al pasto. En ese momento salió su compañero con un arma y me gatilló, pero por suerte la bala no salió", relató David. Mientras el individuo que había caído al piso se levantaba y preparaba la Honda Wave negra en la que habían llegado para huir, su cómplice apuntaba en la cabeza a David y a su hija.

La nena lloraba y su papá no tenía cómo defenderse. Los ladrones pusieron en marcha la moto, pero antes de llegar a la esquina dieron la vuelta y se acercaron a las víctimas. "Esta noche vamos a volver y vamos a matar a tu hija", le advirtieron al hombre desde el rodado y volvieron a levantar el arma. "Ahí se les cayó una bala, que después se la entregué a la Policía y me confirmaron que era un 32 largo", precisó David.

Problemas de salud

Al hombre le temblaban las piernas y la nena no paraba de llorar cuando entraron a la casa y descubrieron lo peor: todo lo que faltaba. "Se llevaron los anillos de casados, pulseras, medallas y cadenitas de oro, además del celular de mi hija. Pero lo más grave es que sacaron los $ 20.000 que apenas habíamos logrado juntar para que operen a mi marido del corazón", lamentó Paola.

La mujer explicó que su esposo lleva un tiempo sin poder trabajar debido a que padece un problema cardíaco. "Se me elevan mucho las pulsaciones y me caigo en cualquier momento, ya me reanimaron varias veces con electroshock", contó David. "Y bueno... ahora que se llevaron la plata no me operaré", agregó con impotencia.

Lo que no pudieron llevarse los ladrones fueron la computadora, el módem y un centro musical que quedaron envueltos con una frazada en el comedor. Los habían anudado y el bulto estaba listo para ser trasladado. También habían movido hacia la entrada la motocicleta de David, además de revolver todos los placares.

"Soy una pobre infeliz que trabajo mañana y tarde para tener algo, hace 12 años que estoy contratada en el Concejo Deliberante y ni siquiera conseguimos una entrada estable. ¿Cómo me van a hacer esto?, expresó Paola con un nudo en la garganta por la angustia.

La casa era un caos. Los placares estaban abiertos, la ropa había quedado revuelta sobre las camas, los muebles corridos y hasta las rejas de una ventana habían sido retorcidas. Los parientes del matrimonio se habían acercado a colaborar y ayudar a la familia. Anoche deliberaban si quedarse o no en la vivienda.