Relajate fácilmente y en cualquier momento

Relajate fácilmente y en cualquier momento

01 Julio 2013
La vida cotidiana te pone todo el tiempo al borde del estrés y, por lo general, no tenés claro qué hacer para tranquilizarte. Te pasamos algunas técnicas de relajación que pueden ayudarte. Por supuesto, tendrás que adaptarlos a tu estilo de vida y a tus posibilidades: 

1) Hacé una actividad que te tranquilice, como leer, pasear por una plaza o un baño de inmersión. No importa si no conseguís calmarte en el momento. Si lo hacés cada vez que estés atravesando una situación estresante, tu mente asociará esa actividad con la relajación, y con el tiempo te vas a ir sintiendo mejor.

2) En tu casa, sacate los zapatos y con ropa cómoda acostate en la cama o en el suelo con los brazos a ambos costados del cuerpo. Cerrá los ojos e inspirá lentamente por la nariz. Espirá más lento todavía también por la nariz. Hacelo durante unos minutos hasta que te vayás tranquilizando. Después, inspirá lentamente y levantá los brazos por encima de tu cabeza. Al soltar el aire, llevá los brazos de nuevo al costado del cuerpo. También hacelo durante unos minutos.

3) Para profundizar en el bienestar, cuando ya estés relajado/a, sentate en un lugar tranquilo y uní las puntas de los dedos pulgar e índice de ambas manos. En esa posición recordá un momento feliz de tu vida e imaginate que las emociones positivas que te vienen a la mente se unen en el punto en que tus dedos se tocan.

En forma
Siete claves para mejorar la actividad física 


1) Estirar los músculos después de una sesión de actividad física permite que estos se relajen, además se favorece la regeneración del tejido celular y la flexibilidad.

2) Caminar despacio al menos una hora es un excelente ejercicio porque disminuye el estrés, favorece el sistema circulatorio y cardiovasctular y mejora la sensibilidad a la insulina. También es importante para los que sufren de sobrepeso.

3) Cuanto el ritmo de la caminata te permita charlar con fluidez, sin perder el aliente, es el momento indicado para agilizar el paso. Para no sobreexigirte, tenés que alternar pasos lentos con pasos acelerados. Si el objetivo es bajar de peso a corto plazo, hay que agilizar el ritmo de las caminatas lo más que se pueda.

4) Transpirar no es una señal de debilidad física. El nivel de transpiración responde a cuestiones genéticas.

5) Correr no es recomendable para las personas que sufren de sobrepeso. Correr ayuda a prevenir el desgaste de las articulaciones, ya que favorece la fluidificación del líquido que lubrica las articulaciones e incrementa el flujo de nutrientes hacia los cartílagos. No obstante, a correr se debe comenzar de a poco, con 10 o 15 minutos durante el primer mes, y luego incrementar un 15% del tiempo por mes.

6) A medida que el cuerpo se ejercita va quemando calorías y pierde tejido adiposo (grasa). En ese caso, el espacio que queda puede ser ocupado por tejido muscular según el tipo de actividad física que se realiza. Este proceso también se da a la inversa. Cuando no se hace ejercicio, disminuye el metabolismo y el tejido adiposo comienza a aparecer en las zonas donde antes había músculos, especialmente en el abdomen y en las caderas.

7) No es saludable realizar actividad física en ayunas. Conviene hacer una ingesta liviana antes de salir a caminar o ir al gimnasio.

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