Ernesto Laclau: "mientras Europa está cometiendo un suicidio colectivo, América Latina está capeando el temporal"

Ernesto Laclau: "mientras Europa está cometiendo un suicidio colectivo, América Latina está capeando el temporal"

Es, probablemente, el intelectual más influyente para la presidenta Cristina Fernández y para el oficialismo. Sostiene que el kirchnerismo ha sido una experiencia de corte respecto del FMI, las políticas de los 90, la acción social y los derechos humanos. "El kirchnerismo ha representado una inflexión capital en la tradición política argentina", afirma. Y destaca la emergencia de los gobiernos nacional-populares en América latina como un fenómeno altamente auspicioso.

EL CONCEPTO. El kirchnerismo ha representado una inflexión capital en la tradición política argentina, dice el politólogo. EL CONCEPTO. "El kirchnerismo ha representado una inflexión capital en la tradición política argentina", dice el politólogo.
06 Enero 2013
- No es la primera vez que usted toma un concepto clásico y lo resignifica, lo ha hecho con hegemonía, revolución y emancipación. Recientemente ha resignificado al populismo. ¿Cómo y por qué ha tomado este camino?

- No se trata tanto de que yo resignifique conceptos, sino de que intento explorar sus potencialidades en nuevos contextos discursivos. Nunca los conceptos se dan aislados, sino que forman parte de constelaciones conceptuales más amplias, que permiten desarrollar algunas de sus potencialidades en tanto que otras permanecen, por decirlo así, incoadas. El concepto de hegemonía, por ejemplo, fue formulado inicialmente en el contexto de la tradición leninista, pero allí, como fue formulado en un ámbito intelectual y político dominado por una perspectiva clasista, difícilmente podía adquirir ninguna centralidad. Se requirió la generalización de los fenómenos del llamado desarrollo desigual y combinado durante los años 20 y 30 para que la articulación heterodoxa de etapas que estos fenómenos implicaban permitiera desarrollar sus potencialidades. Y Gramsci sacaría, en este contexto nuevo, todas las implicaciones teórico-políticas de la categoría de hegemonía. Y nosotros, en un contexto histórico, nuevamente, diferente, hemos dado una nueva vuelta de tuerca a esa categoría, que ha desarrollado potencialidades de ella, hasta ese momento incoadas. Lo mismo puede decirse de los otros conceptos a los que usted se refiere.

- Latinoamérica en particular, y el llamado tercer mundo en general, han jugado un rol de suma importancia en la historia de la izquierda. (Guevara, Fanon, Mao, Mariategui, entre otros, son referencias inevitables para el siglo XX). ¿Cómo ve a Latinoamérica y su relación con la izquierda en los inicios del siglo XXI?

- Creo que América Latina está pasando por una experiencia política fundamental. La dependencia respecto a los Estados Unidos se ha, en buena medida, aminorado, y hemos visto la emergencia de gobiernos nacional-populares en muchos países del continente. Esto representa un fenómeno nuevo y altamente auspicioso. En primer término, todos estos regímenes han roto con el modelo neo-liberal del Consenso de Washington. Ninguno de ellos aplica la política de ajuste dictada en el pasado por el FMI. Los resultados están a la vista: mientras que Europa está cometiendo un suicidio colectivo debido a las políticas monetaristas ortodoxas con las que intentan responder a la crisis, América Latina esta capeando el temporal de modo mucho más indoloro. Además, el cambio de modelo se ha dado con una considerable redistribución del ingreso, lo que ha ampliado inmensamente las bases sociales en los sistemas políticos. Y finalmente, todos estos cambios se han dado dentro del respeto de las formas de la democracia representativa y la marginalización de la derecha golpista, lo que permite encarar el futuro con una considerable dosis de confianza.

- ¿Qué significan los 10 años de gobierno kirchnerista para la Argentina? ¿Puede el kirchnerismo ser explicado sobre la base de conceptos heredados (peronismo, presidencialismo, clientelismo, nacional y popular, progresismo) o requiere otras categorías de análisis? ¿Es un movimiento, una tendencia, una identidad, un frente, una lógica? En relación a lo anterior, ¿cómo evalúa posibles desarrollos?

- El kirchnerismo ha representado una inflexión capital en la tradición política argentina. Viene del peronismo, pero muchas otras tendencias de signo opuesto también proceden de esa matriz -el menemismo, por ejemplo-. Hay dos aspectos del proceso que se abre a partir del 2003 que me parece importante subrayar. El primero es que ha sido una experiencia de corte, a distintos niveles. En el plano económico, ha habido una ruptura de facto con el FMI, empezando por el pago de la deuda contraída con ellos. Además, se ha seguido una política de nacionalizaciones -o mejor dicho de re-nacionalizaciones- que está dando al país el control de su propia riqueza y que es la antípoda de la política seguida en los 90. También ha habido un corte en el aspecto social -piense en la Asignación Universal por Hijo, para citar tan solo un ejemplo-. Y finalmente, ha habido un corte en el campo de los derechos humanos, que ha dejado atrás, más radicalmente que en ningún otro país latinoamericano, el pasado dictatorial. El otro aspecto digno de señalarse es que se ha implementado un modelo político que combina la dimensión horizontal de la expansión de la protesta social con la dimensión vertical de la transformación del Estado. El 2001 vio una enorme proliferación de nuevas demandas sociales -las fábricas recuperadas, los piqueteros, etcétera- pero fue una protesta anti-política. Hay que recordar el lema ¡que se vayan todos! El kirchnerismo permitió la consolidación de estos nuevos actores sociales, pero a la vez vehiculizó sus demandas a nivel político, con lo que consiguió crearse un nuevo modelo político.

- A lo largo de su carrera ha sostenido debates intelectuales con pensadores de diversas tendencias y escuelas: Habermas, Walzer, Rorty, Derrida, Zizek o Negri, por citar solo algunos. Sin embargo, algunos de sus críticos más encarnizados provienen del pensamiento de izquierda; por ejemplo Borón y Sader. ¿A qué atribuye esta fenómeno y cuáles cree que son los principales obstáculos para el desarrollo de un pensamiento político emancipador acorde al mundo contemporáneo?

- Desde la misma publicación de Hegemonía y estrategia socialista afirmamos que el pensamiento de izquierda se encuentra hoy en una encrucijada ¿Cuál es ella? La alternativa, a mi modo de ver, se da entre aquellos que reconocen los límites históricos de la izquierda clásica y aquellos que insisten -que insistían, porque ya no quedan tantos- en seguir repitiendo ritualmente las viejas fórmulas estereotipadas. Hay que recordar que el marxismo se fundaba en una visión cuyo eje era una visión de la progresiva homogeneización de la sociedad. La tesis sociológica central era la simplificación creciente de la estructura social bajo el capitalismo: las leyes del desarrollo capitalista habían de conducir a la desaparición de las clases medias y del campesinado, de modo tal que el último conflicto de la historia sería entre la burguesía capitalista y una masa proletaria homogénea. La historia ha avanzado en la dirección opuesta: las sociedades contemporáneas son crecientemente heterogéneas. La gran divisoria se da entre aquellos que sacan las consecuencias de esta mutación fundamental y aquellos que no lo hacen. Desde luego que muchos de los pensadores que usted ha nombrado pertenecen, como yo, al primer grupo, y los debates son perfectamente amistosos y representan cuestiones de matices. En la Argentina, la gran bifurcación se dio históricamente entre la izquierda liberal -lo que en nuestra juventud llamábamos la izquierda cipaya- y la izquierda nacional y popular. La base de esa bifurcación estaba dada por la posición que ambas corrientes adoptaban en relación al peronismo. Hoy día las cosas han variado, en la medida en que el antiperonismo virulento solo caracteriza a grupos marginales, pero algo de los viejos enfrentamientos se sigue trasluciendo en los debates presentes.

© LA GACETA Juan Pablo Lichtmajer - Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Essex. Rector

de la Universidad San Pablo-T.


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