Los dos pitbull que atacaron al bombero no volverán a su casa

Los dos pitbull que atacaron al bombero no volverán a su casa

Sus dueños dijeron que los llevarán al campo.

EN EL CUARTEL. Molina se recupera de las heridas en su lugar de trabajo. LA GACETA / FOTO DE INéS QUINTEROS ORIO EN EL CUARTEL. Molina se recupera de las heridas en su lugar de trabajo. LA GACETA / FOTO DE INéS QUINTEROS ORIO
26 Noviembre 2012
Tres días después del feroz ataque de dos perros pitbull que sufrió el bombero voluntario Roberto Molina, el hombre celebró la decisión de los dueños de los animales de no volver a llevarlos al barrio. "No quisiera que nadie pase lo que yo estoy viviendo", sostuvo en diálogo con LA GACETA.

El hombre de 47 años fue agredido el viernes, en Inca Garcilaso al 1.200, cuando intentaba vender los bonos contribución de la Asociación de Bomberos Voluntarios de La Florida. Molina se acercó a la dueña de los perros para pedirle su colaboración, pero el portón estaba abierto y los animales se escaparon. Se abalanzaron sobre él y lo mordieron en la cara, los brazos y las piernas.

Ese mismo día, mientras el bombero se recuperaba de las heridas sufridas en el hospital Padilla, los dos perros fueron trasladados al Instituto Antirrábico, según confirmaron desde la seccional 13ª. Explicaron, además, que los animales deben permanecer 10 días allí para ser controlados por veterinarios, quienes dispondrán si están en condiciones o no de regresar a su domicilio.

"Me ofrecieron ayuda"

Más allá de lo que dispongan las autoridades, los perros no volverán a la casa de donde salieron. Al menos eso le prometieron sus dueños al bombero herido. "Me dijeron que se los van a llevar al campo porque es un peligro seguir teniéndolos", relató Molina.

El hombre destacó, en ese sentido, que el matrimonio al que pertenecen los animales se acercó al cuartel para saber cómo se encontraba. "Me vinieron a ofrecer su ayuda. Me dieron remedios y dinero. No es mucho, pero me están ayudando. La señora me dijo que cuando necesite algo va a venir", agradeció.

Molina explicó que pasa por una mala situación económica, agravada por el hecho de encontrarse lejos de su familia, que vive en Cruz Alta. "No tengo plata porque estoy perdiendo de trabajar", señaló. No obstante, descartó la posibilidad de acudir a la justicia. "No quiero poner abogados porque no me gusta molestar a nadie. Lo único que me preocupa es que esto no vuelva a pasar. Esos perros son un peligro para todos", advirtió.

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