"La famosa Semana de Mayo fue un hecho urbano, protagonizado solo por porteños"

"La famosa Semana de Mayo fue un hecho urbano, protagonizado solo por porteños"

Por invitación de LA GACETA, los historiadores Paula Parolo y Santiago Rex Bliss desmitificaron algunos hechos de la historia oficial y destacaron la importancia de nuestra provincia en la saga independentista. Según dijeron, sin la Batalla de Tucumán todo habría sido distinto.

EN EL BALCÓN. Paula Parolo y Santiago Rex Bliss dijeron que el 25 de Mayo no fue el final sino el inicio de un complejo proceso de cambio político. LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO EN EL BALCÓN. Paula Parolo y Santiago Rex Bliss dijeron que el 25 de Mayo no fue el final sino el inicio de un complejo proceso de cambio político. LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO
25 Mayo 2012
El 25 de mayo de 1810 fue, como hoy, viernes. Probablemente estaba nublado o llovía tenuemente. Si se repartieron escarapelas seguramente no eran celestes y blancas, sino más bien rojas y amarillas. Y los paraguas, seguro, no estaban, porque eran un artículo de lujo que pocos podían exhibir. Así las cosas, el primer grito de libertad de la naciente patria fue bastante distinto a la escena que pinta la historia oficial.

"El 25 de Mayo fue un hecho político y marcó el inicio de una serie de acontecimientos mucho más importantes que culminarán décadas después con la formación de la Argentina como nación", apuntó la historiadora Paula Parolo. La docente e investigadora y el historiador y escritor Santiago Rex Bliss aceptaron la invitación de LA GACETA para debatir las consecuencias que tuvo para nuestra provincia ese trascendental y nublado día de mayo.

Puntuales, los invitados llegaron a la cita con mucha expectativa. "¿Habrá fotos?", fue la pregunta. "Por supuesto. Junto a las banderas y en el balcón de la Redacción", fue la respuesta. Entonces, sus rostros se contrajeron un poco. "Vamos a hacer lo posible para estar a tono con la propuesta", dijeron. Ya en el balcón, alguien sugirió que posaran como la Presidenta y el Vice, mientras saludaban a los curiosos que paseaban a la siesta por la peatonal Mendoza. La idea causó risas.

Terminada la sesión, la charla se trasladó a una de las salas de LA GACETA. Allí, más distendidos, Parolo y Bliss comenzaron a destejer los hilos desconocidos de una gesta que tuvo consecuencias capitales para Tucumán.

Un punto de partida
Según los expertos, la denominada Revolución de Mayo fue, en rigor, la continuidad lógica de un movimiento que había comenzado a tomar forma durante las Invasiones Inglesas, y que se coronó seis años después en Tucumán, con la declaración de la Independencia. Pero en el medio se produjeron acontecimientos y circunstancias históricas que se dieron por única vez y que no han sido muy bien estudiadas por la historiografía tradicional.

"Siempre se le ha dado una excesiva relevancia al 25 de Mayo, que fue tomado como un punto de llagada de la nacionalidad argentina y no como lo que fue: el punto de partida para otros hechos históricos mucho más importantes", señaló Bliss. Eso no quiere decir que no sea un hecho clave de la historia argentina. Por el contrario, la Revolución de Mayo estuvo constituida por una serie de eventos que se sucedieron en el Virreinato del Río de la Plata -precisamente en la ciudad de Buenos Aires- que desembocaron en la formación del primer gobierno, independiente de la metrópoli española, del país que luego sería nuestra Argentina.

"Durante mucho tiempo se creyó que las ideas que generaron la Revolución de Mayo fueron importadas de Europa. Sin embargo, las últimas investigaciones arrojan que, en realidad, la revolución fue consecuencia de una evolución natural de las ideas políticas que prevalecían en aquellos años. Todo formó parte de una transformación que primero fue política y jurídica, pero luego abarcó también lo económico y lo social", agregó el historiador.

La guerra
Ahora bien, esta decisión de separarse del dominio español debía ser sostenida. ¿Cómo? A través de las armas. "España se defendía de la invasión francesa, pero también resistía la independencia de América. Por eso convocó a los que permanecían fieles a la corona (Perú, Montevideo y Paraguay, entre otros) para empezar a avanzar desde el norte hacia Buenos Aires. De manera que más que una guerra contra un enemigo externo, lo que se desencadenó fue una guerra civil", relató Parolo.

Es entonces cuando Tucumán adquiere una importancia capital en la historia de la Independencia. "En 1810 nuestra provincia dependía políticamente de Salta. Pero cuando se desencadenan las luchas armadas Tucumán adquiere relevancia como provincia. No sólo por su cercanía con Potosí, sino porque constituía el corazón de un eje comercial vital para Sudamérica", enfatizó Bliss.

De esta forma, la guerra impactó profundamente en Tucumán. "Había dos frentes armados. El oriental, que fracasó en Paraguay y el del Norte, que era el más importante porque estaba cercano a Potosí, cuyas minas sufragaban los gastos de la burocracia del Virreinato del Río de la Plata. Este frente fue decisivo para conseguir la Independencia", relató Parolo.

Como se ve, este hecho político, ideológico y jurídico generado el 25 de Mayo de 1810 tiene en realidad consecuencias mayores y se convierte, con la guerra, en un hecho económico y social. "Luego de la pérdida del Alto Perú, el avance realista es detenido en Tucumán, con la batalla de 1812. De allí que este enfrentamiento armado tiene un peso histórico que no ha sido reconocido en su total magnitud. Tanto es así que cuando San Martín llegó al país y vio la situación en Tucumán, concibió esa monumental gesta libertadora a través de Mendoza", dijo Parolo. Y Bliss agregó: "ni las campañas de San Martín, ni mucho menos la Asamblea del año 13 o la Independencia de 1816 se habrían producido si Manuel Belgrano hubiera sido derrotado aquí en Tucumán".

La gloria tucumana
El triunfo de Belgrano en Tucumán cambió también el panorama centralista con el que se manejaba el país en aquel entonces. No hay que olvidar que Belgrano venció tras desobedecer las órdenes de Buenos Aires. Una decisión muy jugada que hubiera tenido consecuencias nefastas de haber resultado mal. Pero Belgrano triunfó. Y su triunfo estableció la real importancia de los pueblos del interior frente a esa Buenos Aires que ya entonces se manifestaba centralista. "Un ejemplo de este centralismo fue justamente el 25 de Mayo, ya que el protagonista excluyente de ese día fue el pueblo de la ciudad de Buenos Aires. La famosa Semana de Mayo es un hecho netamente urbano protagonizado solo por porteños", ilustró Bliss.

No obstante, hasta que la Argentina consiguió constituirse como nación, varias décadas después, todo el peso y el sacrificio del proceso no fueron de Buenos Aires, sino de las provincias. En especial, de las del Norte. "Los vecinos de Salta, Jujuy y Tucumán debieron soportar lo indecible y sostener los ejércitos, no sólo con gente, sino también con insumos", explicó el historiador.

En este proceso libertador existieron también protagonistas que la historia oficial solo consideró de soslayo, pero que alcanzaron un rol clave. Uno de ellos fue el gobernador Bernabé Aráoz. "Todos conocen la calle que lleva su nombre, pero casi nadie sabe el papel fundamental que cumplió en la Independencia argentina. Él convenció a Belgrano de quedarse en Tucumán y librar la batalla; aportó dinero para sostener al ejército y fue también el artífice del Congreso de Tucumán", destacó Bliss.

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