Proponen trabajar comunitariamente en la promoción de vínculos afectivos

Proponen trabajar comunitariamente en la promoción de vínculos afectivos

Funcionarios de la provincia aseguran que la agenda sanitaria está transformándose.

10 Septiembre 2011
Funcionarios de Salud Pública afirman que la provincia está preparada para "el cambio epidemiológico"

La agenda sanitaria está en proceso de transformación; un grupo etario históricamente postergado, la adolescencia, plantea cada vez más desafíos a la política de salud y el Estado se ha preparado y se prepara para enfrentar ambas cuestiones. Estas tres ideas gobiernan la exposición de los funcionarios del Ministerio de Salud Pública de la provincia consultados por LA GACETA. "Fenómenos como el incremento de suicidios y de consumo de drogas suponen un cambio epidemiológico que sí ha sido de alguna manera considerado en nuestro Plan de Salud del Bicentenario (2007-2016)", defiende Sandra Tirado, directora del Programa Integrado de Salud.

La funcionaria comenta que aquel plan prioriza el abordaje de las problemáticas de adolescentes y de la morbilidad por enfermedades mentales. Matiza: "queremos que todo el sistema se forme en estos temas porque dichas patologías no sólo llegan al psicólogo o psiquiatra, sino también a la consulta general".

La adolescencia tuvo un protagonismo acotado en la política sanitaria: en la última década, el Gobierno puso énfasis esencialmente en las demandas de la infancia, la maternidad y la tercera edad. "En el pasado, el abordaje de la salud pública comprendía sólo el embarazo adolescente. La cobertura está creciendo por la aparición de nuevos y complejos problemas. El adolescente se siente sano y es difícil de llevar la consulta, y resulta muy grande para un hospital de niños y muy chico para uno de adultos", agrega Federico Villafañe, jefe del Departamento de Maternidad e Infancia.

Este grupo poblacional situado entre la infancia y la juventud-adultez es más saludable de lo que parece, según los funcionarios. Marcela Le Maitre, jefa del Área de Salud Mental del Siprosa, invita a no estigmatizar a la adolescencia. Tirado coincide: "no todos se drogan o se quieren suicidar. La mayoría no tiene dificultades y por, ello, cuesta que se hagan los controles médicos de rutina. Hay que seducirlos, crear espacios específicos. Ese trabajo está en marcha".

La tarea debe hacer hincapié en la concientización, de acuerdo con el criterio de Mariana Juárez, referente desde este año del Programa Provincial de Prevención y Abordaje de la Conducta Suicida. "Tenemos que trabajar comunitariamente en la promoción de los vínculos afectivos, la reinserción social, el deporte, la recreación y la responsabilidad de los adultos. La población debe aprender a identificar un posible suicidio", reflexiona Juárez.

Estructura adecuada

Villafañe, Tirado y Le Maitre consideran que la estructura pública destinada a la salud adolescente es adecuada, a diferencia de lo que opinan algunos médicos y psicólogos de Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) y de hospitales entrevistados por LA GACETA. "El Servicio de Adolescencia (funciona en un consultorio del Hospital del Niño Jesús) tiene un tamaño acorde a la demanda actual. Crecerá en la medida en que haya más pacientes con este problema", expresa el jefe del Departamento de Maternidad e Infancia.

Además, Villafañe manifiesta que el Ministerio ha impartido numerosos cursos de formación para la atención de adolescentes.

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