Por el paro, hasta los familiares hacen curaciones

Por el paro, hasta los familiares hacen curaciones

Enfermeros de diferentes centros asistenciales se plegaron a las medidas de fuerza de los trabajadores autoconvocados de la salud. Según algunos pacientes, en el Centro de Salud ellos mismos colaboran con los médicos para paliar la falta de personal.

EN LA AVENIDA. Los trabajadores del Centro de Salud retomaron ayer las protestas y ollas populares en Avellaneda al 800, para exigir mejores salarios. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO EN LA AVENIDA. Los trabajadores del Centro de Salud retomaron ayer las protestas y ollas populares en Avellaneda al 800, para exigir mejores salarios. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
05 Julio 2011
Como anunciando una mañana diferente, la Avenida Avellaneda quedó interrumpida con un banco del Centro de Salud cerca de las 10. Más enfermeros que de costumbre se sentaron ahí y apareció una mesa con yerba mate, tazas y el megáfono de costumbre. Adentro, en un pabellón del servicio de traumatología un familiar de María Amaya, internada hace un mes y medio por una fractura de brazo que requiere cirugía, sostenía la pierna de Olga Solórzano, la paciente de la cama de al lado, cuando un médico le realizaba las curaciones. Estas imágenes podrían repetirse el resto de la semana, ya que los enfermeros del Centro de Salud anunciaron que endurecerán su protesta en reclamo de mejoras salariales, reduciendo la prestación de sus servicios al mínimo.

"Las camas que se desocupan se van cerrando. Entre las 7 y las 13 no vamos a atender", explicó Francisca Cruz, enfermera y delegada del Sindicato de Trabajadores Autoconvocados de la Salud (Sitas). "No está todo bien como dice el Gobierno", repite. "La atención restringida continúa como. Los enfermeros sostenemos el sistema de salud, por eso decidimos intensificar la protesta. Nuestro básico es de $ 650, y en mano recibimos $ 2.000", dijo.

Servicios resentidos

Durante toda esta semana, los enfermeros de la sala de emergencia trabajarán con normalidad, pero en los 20 departamentos o servicios restantes habrá uno o hasta dos enfermeros que cumplirán jornadas de 24 horas, como sucede los sábados y domingos. Los manifestantes esperan poder reducir a cero la actividad durante las mañanas. Además, cerrarán cada cama que se desocupe después de un alta hasta desactivar áreas enteras. "Ya hay pocos enfermos en el hospital. Cuando se cierren los sectores, vamos a unificar a todos los pacientes que queden en una sola sala", dijo Cruz. La medida, incluso, podría replicarse en el resto de los centros asistenciales públicos del Siprosa.

Para hoy y el jueves, los autoconvocados del Centro de Salud tienen prevista una caravana por el microcentro hasta llegar a la Casa de Gobierno, a las 11. "Están invitados los demás hospitales. Vamos a tomar la calle Santiago y después 25 de Mayo hasta la plaza Independencia. La vez pasada no nos quisieron dejar pasar pero igual avanzamos. Queremos que (José) Alperovich sepa que no es el dueño de la provincia. Con la misma consigna, el sábado ocuparán las inmediaciones de la Casa Histórica y Cruz dejó en claro que el vallado no los amedrenta. "Vamos a ir con nuestras familias a decirle al gobernador que esa Casa es nuestra. Y que deje de burlarse con los sueldos magros que nos paga", planteó.

Cama adentro

En la unidad coronaria, un médico confirma que el staff está reducido al de las guardias. A unos metros de distancia, en una sala de la sección de traumatología ocho pacientes permanecen internados, a la espera de que el quirófano se reabra. "Temprano a la mañana pasó una enfermera. Le tomó la presión a algunos pacientes y le controló el azúcar a otro, pero después no ha venido nadie", relató María Amaya.

Un médico recorrió la sala a media mañana e hizo algunas curaciones con ayuda de algunos familiares. Pero María se queja de que no hay gasas. Claudia Luna irrumpe en la conversación para agregar que la noche anterior, uno de los pacientes tuvo dolores fuertes y no había calmantes. Ocho semanas atrás, su madre ingresó a la sala por una fractura de fémur. Juana Isabel Ruiz tiene mal la rodilla. Estuvo internada dos días en la guardia cuando se accidentó y la enviaron a su casa por falta de camas. Ahora aguarda la cirugía.

Los casos se repiten. Olga Solórzano pide que "vengan todos a atender" y que el gobernador "pague a los doctores". Juana Ruiz toma su medicación sola; no espera que los enfermeros la asistan. Claudia Luna tiene los clavos listos para la operación de su madre. El diagnóstico, para todos ellos, es un quirófano cerrado por tiempo indeterminado.

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