03 Junio 2010
JERUSALEN.- Sometido a una fuerte presión internacional, Israel aceleró ayer la expulsión de los cientos de activistas detenidos en la sangrienta interceptación de la flotilla humanitaria de ayuda a Gaza, a la que el primer ministro Benjamin Netanyahu calificó ayer de operación terrorista. A primera hora de la tarde, más de la mitad de los 682 activistas de 42 países que se hallaban a bordo de los seis barcos de "la flotilla de la libertad" habían sido expulsados. Unos 50 extranjeros, así como seis soldados israelíes, siguen hospitalizados.
"No era un crucero de amor; era de odio. No era una operación pacífica, sino terrorista", declaró ayer Netanyahu en un discurso televisado, al justificar el operativo militar en el que murieron nueve activistas pro palestinos. En respuesta a las críticas y condenas de la comunidad internacional, Netanyahu dijo que Israel es "víctima de la hipocresía internacional" y reiteró que mantendrá el bloqueo de Gaza. "Nuestro deber es inspeccionar todos los barcos que llegan. Si no lo hacemos, Gaza se convertirá en un puerto iraní de desembarque de armamentos, lo que sería una amenaza real para el Mediterráneo y Europa", afirmó. "Israel continuará ejerciendo su derecho a la autodefensa. La seguridad está por encima de todo", agregó.
Sin embargo, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, insistió ayer en que el bloqueo a Gaza debe ser levantado "inmediatamente". Es "contraproducente, insostenible e inmoral", advirtió luego de mantener reuniones individuales con los embajadores de Israel, de Turquía, de los países árabes y con los de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia). El Consejo de Seguridad instó a comenzar una investigación imparcial, creíble y transparente conforme a las normas internacionales sobre el incidente.
Entre tanto, un barco irlandés, el "MV Rachel Corrie", está camino a Gaza y se espera su llegada para la semana próxima. Irlanda exhortó al gobierno israelí a dejar pasar el "MV Rachel Corrie", fletado por una organización irlandesa, que transporta a una quincena de pasajeros, incluido la premio Nobel de la Paz Mariread Maguire.
Revuelo en el Parlamento
El debate sobre el asalto a la flotilla también llegó al Parlamento israelí, donde ayer se produjeron escenas tumultuosas durante la intervención de la legisladora árabe Hanin Zoabi, que estuvo en uno de los barcos de la flotilla. La diputada Anastasia Michaeli, del partido ultraderechista Beitenu (Israel Nuestra Casa), interrumpió a Zoabi diciendo que Israel es un Estado democrático y que en la Knesset no puede hablar nadie que represente posiciones de organizaciones terroristas. "Su lugar no está en la Knesset, sino en la prisión", le dijo. La legisladora árabe israelí había acusado al gobierno de haber cometido un acto de piratería con el asalto al "Mavi Marmara". También demandó una explicación de por qué Israel rechaza una investigación independiente. "¡Vete a Gaza, traidora!", le gritó la diputada Miri Regev, del Likud. "¡No queremos un caballo de Troya en la Knesset!", añadió. (Reuters)
"No era un crucero de amor; era de odio. No era una operación pacífica, sino terrorista", declaró ayer Netanyahu en un discurso televisado, al justificar el operativo militar en el que murieron nueve activistas pro palestinos. En respuesta a las críticas y condenas de la comunidad internacional, Netanyahu dijo que Israel es "víctima de la hipocresía internacional" y reiteró que mantendrá el bloqueo de Gaza. "Nuestro deber es inspeccionar todos los barcos que llegan. Si no lo hacemos, Gaza se convertirá en un puerto iraní de desembarque de armamentos, lo que sería una amenaza real para el Mediterráneo y Europa", afirmó. "Israel continuará ejerciendo su derecho a la autodefensa. La seguridad está por encima de todo", agregó.
Sin embargo, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, insistió ayer en que el bloqueo a Gaza debe ser levantado "inmediatamente". Es "contraproducente, insostenible e inmoral", advirtió luego de mantener reuniones individuales con los embajadores de Israel, de Turquía, de los países árabes y con los de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia). El Consejo de Seguridad instó a comenzar una investigación imparcial, creíble y transparente conforme a las normas internacionales sobre el incidente.
Entre tanto, un barco irlandés, el "MV Rachel Corrie", está camino a Gaza y se espera su llegada para la semana próxima. Irlanda exhortó al gobierno israelí a dejar pasar el "MV Rachel Corrie", fletado por una organización irlandesa, que transporta a una quincena de pasajeros, incluido la premio Nobel de la Paz Mariread Maguire.
Revuelo en el Parlamento
El debate sobre el asalto a la flotilla también llegó al Parlamento israelí, donde ayer se produjeron escenas tumultuosas durante la intervención de la legisladora árabe Hanin Zoabi, que estuvo en uno de los barcos de la flotilla. La diputada Anastasia Michaeli, del partido ultraderechista Beitenu (Israel Nuestra Casa), interrumpió a Zoabi diciendo que Israel es un Estado democrático y que en la Knesset no puede hablar nadie que represente posiciones de organizaciones terroristas. "Su lugar no está en la Knesset, sino en la prisión", le dijo. La legisladora árabe israelí había acusado al gobierno de haber cometido un acto de piratería con el asalto al "Mavi Marmara". También demandó una explicación de por qué Israel rechaza una investigación independiente. "¡Vete a Gaza, traidora!", le gritó la diputada Miri Regev, del Likud. "¡No queremos un caballo de Troya en la Knesset!", añadió. (Reuters)
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