La guardia del hospital se llenó de policías y de familiares de las víctimas

La guardia del hospital se llenó de policías y de familiares de las víctimas

Hubo otro tiroteo y muchas personas heridas.

COINCIDENCIA. Un detenido y un policía, ambos heridos, en el pasillo. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL COINCIDENCIA. Un detenido y un policía, ambos heridos, en el pasillo. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
24 Julio 2009
"Nunca hubo tantos policías en este hospital como hoy", comentaban los empleados de la guardia del hospital Centro de Salud, ayer, cuando ingresaron dos efectivos heridos, tras el intento de robo que generó un tiroteo en el aeropuerto Benjamín Matienzo.
Con uniformes y otros vestidos de civil, más de 60 policías custodiaban el estacionamiento de los vehículos, la entrada a la guardia, la sala donde se encontraban los heridos y la sala de espera.
Mientras los médicos revisaban a los cuatro heridos de arma de fuego que ingresaron al hospital, comenzó a llegar personal de la comisaría 1 para dar refuerzo a la guardia policial del nosocomio.
A partir de las nueve, empezaron a llegar además jefes zonales y personal de la policía aeroportuaria. Incluso, el fiscal Guillermo Herrera concurrió para hablar con los encargados del operativo.
El subjefe de Policía, Nicolás Barrera, el jefe de Antecedentes Personales, Carlos Picón;  el jefe de la Brigada Este, Sergio Nieto, el jefe de zona de la Unidad Regional Capital, José David Leiva, entre otros, desfilaron por los pasillos del Centro de Salud.
Los murmullos de los familiares que esperaban respuesta sobre el estado de salud de sus seres queridos, las conversaciones telefónicas constantes de los jefes policiales, los gritos de dolor de los heridos que eran atendidos, y las sirenas de las ambulancias que llegaban incesantemente desde distintos puntos de la provincia -hubo otro tiroteo en "La Bombilla"-, se mezclaban en la guardia. Sumado a eso, el frío obligó a que familiares de otros pacientes internados -que estaban a la intemperie- ingresaran a la sala de espera de la guardia para resguardarse. Tanta multitud terminó obstaculizando a médicos y camilleros, que a los empujones, debían hacer su trabajo. A causa de eso, en reiteradas oportunidades pidieron al personal de guardia que "desocupara la sala de atención" y "despejara el trayecto desde la ambulancia hasta la sala de atención".

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