Berlusconi a la prostituta: "esperame en la cama de Putin"

Berlusconi a la prostituta: "esperame en la cama de Putin"

D'Addario decía la verdad sobre las fiestas de Il Cavaliere. Escuche las cintas.

JUNTOS. Patrizia D’Addario y Silvio Berlusconi, FOTO TOMADA DE L´EXPRESSO JUNTOS. Patrizia D’Addario y Silvio Berlusconi, FOTO TOMADA DE "L´EXPRESSO"
21 Julio 2009
ROMA, Italia.- El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, está otra vez en apuros después de que el semanal romano "L?Espresso" publicara en su página web las grabaciones de audio de los encuentros que Il Cavaliere mantuvo con la prostituta de lujo Patrizia D´Addario.

Las cintas, en las que se oye claramente la voz de Berlusconi, demuestran que éste mintió a la opinión pública cuando dijo que no recordaba haber visto nunca la cara de D?Addario, a la que después acusó de haber sido pagada para montarle una trampa.

Dichos encuentros (grabados a escondidas por la propia D?Addario) tuvieron lugar hacia la mitad de octubre de 2008 y la noche del pasado 4 de noviembre, la misma en la que Barack Obama ganó las elecciones presidenciales norteamericanas.

D?Addario fue contratada por Gianpaolo Tarantini, un empresario que se hizo amigo íntimo de Berlusconi en el verano de 2008 y que está siendo investigado por corrupción, cesión de drogas e inducción de la prostitución.

En la primera de las citas en las que la mujer acudió a palazzo Grazioli había otras 20 chicas, entre ellas una pareja de prostitutas lesbianas. D?Addario no se quedó esa noche.

En la segunda velada, D?Addario se quedó a pasar la noche con Berlusconi. En la cinta, se oye al ministro decirle, una vez acabada la cena:

- Me doy una ducha y me esperas en la cama-, dice Berlusconi.

-¿Qué cama?-, pregunta D?Addario- ¿la de Putin?

-Sí, la de Putin.

La cuarta grabación, del 5 de noviembre, se refiere ala llamada telefónica de la prostituta a Tarantini. La mujer le dice: "anoche no pegamos ojo". "¿Y qué tal?", le pregunta éste. "Bien, pero no había ningún sobre", comenta ella. "¿De verdad?". "Te lo juro. Me hizo un regalito, yo qué sé, una tortuguita", se lamenta D?Addario, que se esperaba una recompensa de unos 5.000 euros.

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Un poco más tarde, se  produce la última grabación. Berlusconi llama a D?Addario y mantienen una fogoza conversación. (Especial)

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