Un promedio de 10 casos diarios de envenenamiento se registran en Tucumán

Un promedio de 10 casos diarios de envenenamiento se registran en Tucumán

La mayoría de los casos se debe al uso de plaguicidas y tranquilizantes, y por accidentes con monóxido de carbono. En la Asistencia Pública se atienden pacientes que se intoxicaron por accidente en la casa, en el trabajo, con la comida, y víctimas de tentativas de suicidios y de homicidios.

13 Julio 2009
Hace cientos de años envenenar era considerado un verdadero arte para el que ciertas personas se especializaban. Estos crímenes eran conocidos como "veneficios". La "v" inicial, que no es un error de ortografía, le cambia todo el significado a la palabra, que en realidad quiere decir maleficio.
Pasó el tiempo, pero las intoxicaciones no desaparecen. Al contrario, aunque cambian las formas, cada vez aparecen más casos.
Por día en la provincia se asisten, en promedio, 10 casos de envenenamiento, y muchas veces son intencionales, destaca el doctor Alfredo Córdoba, jefe del Departamento de Toxicología de la Asistencia Pública capitalina. El centro, que es único en Tucumán, trata denuncias de cada rincón de la provincia. "Atendemos pacientes que sufrieron desde accidentes domésticos, intoxicaciones laborales o alimentarias hasta tentativas de suicidio y homicidios con veneno", resalta.

Venganza o pasión
Plaguicidas, raticidas, tranquilizantes y productos de uso casero aparecen entre las sustancias que más ocasionan intoxicaciones. Cuando se trata de un delito intencional se utilizan mayormente monóxido de carbono (abrir llaves de gas) y plaguicidas. Según el experto, los motivos que impulsan a los homicidas a usar estos venenos son pasionales o de venganza.
"Históricamente eran crímenes difíciles de descubrir. Pero ahora, con los avances de la medicina, en el 100 % de los casos se puede verificar cuando una persona, viva o muerta, fue intoxicada. Las sustancias aparecen en los ojos, en el tubo digestivo, en la piel y en las uñas", comenta.
Aunque la huella del tóxico queda en el cuerpo, el envenenamiento continúa siendo un recurso que cuando se usa para cometer un homicidio, complica el caso y hace que sea difícil resolverlo. Esto se debe a que las sustancias no conservan un sello del delincuente, a diferencia de las armas blancas o de fuego.
Las mujeres tradicionalmente aparecieron detrás de los casos de envenenamiento. Aunque ahora hay más hombres que usan venenos para delinquir, ellas son las que más prefieren utilizar estos medios, resalta Córdoba. Y no puede dejar de recordar el caso de Yiya Murano, la mujer que, según probó la Justicia, intoxicó con cianuro a tres amigas cuando las invitó a tomar el té.

Asesino silencioso
Lo que más sorprende a los profesionales es que la tecnología y los cambios de hábitos fueron transformando los escenarios en los que aparecía el veneno. Actualmente, muchos de los casos que se investigan surgen de la mano de la contaminación ambiental, explica el toxicólogo.
Entre las pesquisas más importantes, que motivaron la apertura de causas en la Justicia Federal por daño a una población determinada, figura el envenenamiento por contaminación del aire en una localidad del este de Tucumán, donde se realizan muchas fumigaciones. "También investigamos intoxicaciones por contaminación de plomo en lugares cercanos a desarmaderos de baterías", especifica. Y añade que los casos que más le impresionan suceden en el este de la provincia, donde se registra hidroarsenicismo crónico regional endémico. "Es una contaminación natural del agua. El problema es que el arsénico es cancerígeno", explica.
A diferencia de las intoxicaciones directas, las que se generan como consecuencia del daño al medio ambiente tienen un efecto que no se ve de inmediato, pero que tiene graves perjuicios a largo plazo. En estos casos, según Córdoba, el veneno es un verdadero asesino silencioso.

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