Franceses de Tucumán en 1911

Franceses de Tucumán en 1911

Testimonios obtenidos por el periodista Jules Huret. Por Carlos Páez de la Torre (h).

LA CASA DAFFIS. La Estadística Gráfica de 1892, traía este dibujo del importante negocio de ropería y sastrería de Adrien Daffis en Tucumán. ARCHIVO LA GACETA LA CASA DAFFIS. La "Estadística Gráfica" de 1892, traía este dibujo del importante negocio de ropería y sastrería de Adrien Daffis en Tucumán. ARCHIVO LA GACETA
15 Abril 2009

"De Buenos Aires al Gran Chaco" (1911) es el libro que contiene las experiencias de viajero del periodista de "Le Figaro" de París, Jules Huret. Durante su estadía en Tucumán, entre muchas otras actividades, conversó con compatriotas aquí radicados. Advertía Huret que "una gran parte de la alta sociedad es de origen  francés". Eran industriales azucareros muchos de ellos -Nougués, Rougés, Etchecopar, Lacavera, Hileret- pero, en realidad "trabajan en todo", decía,"y sus facultades de adaptación son notables, y dan origen a situaciones originales y extrañas"
Conversó largamente con Adrien Daffis, cónsul de Francia "dedicado al negocio de sastrería, y persona inteligente". Daffis le dijo que no se debía venir al país  con un propósito determinado. "Hay que hacer lo que se presenta. Las ocasiones deciden las carreras. Casi ninguno de los franceses venidos a la Argentina ha podido dedicarse a lo que creían poder hacer. No obstante, muchos de ellos han reunido fortunas que oscilan entre 20.000 y 200.000 pesetas". Daffis era un meridional del departamento Tarn et Garonne. "Vino a la Argentina sin nada. O más exactamente con 23 luises de oro, ganados casi todos sirviendo de intérprete en el buque que le llevaba a Buenos Aires. Viajó por muchas provincias y finalmente fijó su residencia en Tucumán, donde intentó diversos géneros de comercio, entre ellos el de las suelas, que iba a vender a Mendoza a cambio de vino", narra el periodista.
A Huret le asombraba que la primera generación de hijos de inmigrantes no se sintiera ya unida por vínculo alguno con la patria de sus padres. En el Hotel Nacional, encuentra a un hijo de franceses, que "con la mayor sencillez y sin sombra de afectación", le pregunta: "¿Qué le parece a usted mi país?". Huret se sorprende de que olvide su origen, y se lo dice. Pero el joven responde que se considera simplemente argentino. "He nacido aquí y no conozco más país que la Argentina". Huret insiste en que los padres son franceses. "Ellos sí, pero yo no", es la respuesta.

 

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