BUENOS AIRES.- Con prejuicios y con mucho dolor de estómago, probablemente derivado del miedo a que la crisis internacional sea más fuerte de lo que se piensa o que el mundo siga viendo al país asociado a la cesación de pagos, la Argentina acaba de dar un nuevo paso, rumbo hacia la previsibilidad, que le exigían los mercados desde hace un tiempo bien largo. Si bien con el anuncio que hizo la Presidenta en Nueva York el Gobierno acepta sumar nuevamente a los bonistas al juego, además consiguió un plus por hacerlo, con la posibilidad de sumar plata fresca y de alargar, con más dólares, los plazos de los préstamos garantizados, una suerte de "blindaje" para todo 2009 y 2010.
No obstante, el guiño que se le hizo a los tenedores de más de U$S 20.000 millones en títulos impagos no es algo menor, ya que les da entidad para volver a discutir, aunque sea a través de los bancos Barclays, Citi y Deustsche, que pilotearán la operación en su nombre y aunque ello no asegure la aceptación. Ante las dificultades que le planteaban los bonistas, con la jugada del este nuevo canje se intenta de que todos esos parias del mercado pasarán a ser reconocidos nuevamente como acreedores. Muchos de ellos, probablemente también los bancos intermediarios, compraron los papeles a precios de liquidación, por lo que la nueva oferta podría resultarles bien atractiva, lo que los impulsaría a apoyar el financiamiento 2009/10, aunque se desconoce a qué tasa de interés.
El gesto de Cristina, quien ya ha anticipado que los términos que acercaron los bancos no mejoran la anterior oferta efectuada a los bonistas en 2005, lo que habilitaría su tránsito por el Congreso, ha sido tomado en primera instancia tan bien como el anuncio del pago al Club de París en su inicio. Pero el antecedente de todas las desprolijidades que rodearon el proceso de determinar la deuda con los países acreedores ha dejado a los mercados, por ahora, a la espera de conocer la "letra chica" de la oferta, una especie de desconfianza por prontuario que se contrapone a la previsibilidad buscada. Los operadores han tomado nota de todas y de cada una de esas acciones destinadas a la seducción y como se presume que los mercados son insaciables, y si no que lo diga Henry Paulson, es probable que ahora vengan por la "desmorenización" del Indec y se verá entonces hasta dónde llega el pragmatismo de los Kirchner.