El "hombre quemado" está harto de trabajar sin réditos

El "hombre quemado" está harto de trabajar sin réditos

El 60% de los argentinos que hace horas extras no recibe ninguna compensación. Responde a muchas exigencias, soluciona problemas ajenos, no tiene posibilidad de elegir y siente que gana poco.

“NO DOY MAS”. El desequilibrio entre el trabajo diario y lo que se espera de ese esfuerzo lleva al agobio. “NO DOY MAS”. El desequilibrio entre el trabajo diario y lo que se espera de ese esfuerzo lleva al agobio.
23 Julio 2008
Incluso en los países más ricos -donde se ha hecho algún tipo de estudios al respecto- es muy poca la gente que trabaja en lo que ha elegido. En los países con menos oportunidades aún puede suponerse que esta dificultad para "elegir" es más pronunciada. O sea que estar disconforme con el propio trabajo no es una circunstancia demasiado fuera de lo normal.
Pero el llamado burn-out, o "síndrome del quemado" puede tener que ver con eso, o no. Hay trabajos que pueden haber sido elegidos, pero resultan de gran exigencia y poco rédito. O las condiciones laborales pueden no ser las adecuadas al trabajo que se desarrolla. Basta con decir que quienes más frecuentemente la padecen son docentes, médicos, periodistas, empleados administrativos y funcionarios del ámbito judicial, coincidieron en señalar los psiquiatras Luisa Aráoz y René Voigt, y la psicóloga social María Inés Monteros.
En la Argentina hay además un contexto social que puede hablar de condiciones para el burn-out. Cerca de 1,7 millón de argentinos trabajan más de 48 horas semanales; y un estudio de la Universidad de Belgrano -recientemente publicado-, afirma que un 60% de los trabajadores que hacen horas extra no reciben ninguna compensación económica por ello (en Finlandia, por ejemplo, es sólo un 8% el porcentaje de trabajadores que está en estas condiciones). Trabajar gratis es una modalidad que hoy, en lugar de suscitar reclamos, parece ser tomada como una ley más de la naturaleza, como el principio de inercia.

Esfuerzos inútiles
¿Por qué se lo llama "síndrome del quemado"? ?eso quiere decir "burn-out"?. Porque es la sensación que causa el agotamiento físico y emocional que provoca, según explican los especialistas, el desequilibrio entre la realidad del trabajo diario y lo que la persona espera de ese trabajo, y que sería, consciente o inconscientemente, ver recompensado su esfuerzo. No necesariamente en dinero: puede ser orgullo, satisfacción por un buen trabajo hecho, un buen clima laboral, etcétera; pero siempre debe ser algo a lo que la propia persona asigne un valor real, y no algo que sólo algún otro considere valioso.
El burn-out está directamente relacionado con un cansancio psíquico que se produce en las interacciones sociales y frente a las rutinas laborales. Es la fase más avanzada del estrés profesional, y produce un sentimiento generalizado de fracaso. Las causas pueden ser muchas. Sus efectos, indica la psicóloga social, "sólo son medibles en largos períodos de tiempo".

Ambitos "calientes"
Solucionar problemas de otros con tiempos y altas condiciones de exigencia, sin ser considerados ni reconocidos, con bajos salarios y sin una red de apoyo forma el caldo de cultivo. "La clínica ha demostrado que este síndrome se presenta cuando el trabajo es superior a ocho horas diarias, cuando la relación entre el trabajo y el dinero percibido no es gratificante, y cuando la pervivencia en las mismas funciones laborales generan sensación de frustración o estancamiento", explica Voigt, docente de Salud Mental de la UNT.
Los tres entrevistados coinciden en la existencia de condicionantes sociales generales que llevan a una mayor aparición de este tipo de problemas de salud.

Relegan la vida personal
"Quienes deben interactuar dentro de estructuras funcionales -dice Voigt- pasaron de ser personas que cuidan a otras personas, a conformar estructuras de alto riesgo, porque hoy deben accionar en contextos conflictivos, a veces con buen soporte pero otras sin soporte alguno".
"En el consultorio, los casos que se presentan son los de profesionales que se interesan mayormente por su trabajo y han relegado los intereses personales ?explica por su parte Aráoz?. Sus relaciones se ven afectadas por considerar el trabajo como lo más importante, realizan un esfuerzo excesivo y tienen, en muchos casos, sensaciones de agobio, desmotivación e indiferencia hacia los demás".

Signos de desmotivación
* Tendencia a conductas compulsivas: adicciones al tabaco, a las drogas y al alcohol.

* Falta de incentivo laboral, personal y social.

* Trastornos del sueño, insomnio, fatiga, palpitaciones, cansancio, tensión, sudoración.

* Problemas gastrointestinales.

* Depresión, ánimo negativo, irritabilidad, cambios en el carácter, aislamiento afectivo, desinterés.

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