La memoria gráfica de la ciudad debe cuidarse

La memoria gráfica de la ciudad debe cuidarse

17 Febrero 2008
Más de un millar de planos de inmuebles de San Miguel de Tucumán, la mayoría ubicados en el microcentro, que se hallaban en el archivo de Catastro y Edificación Privada de la Municipalidad, resultaron dañados. Fue consecuencia de la lluvia, que se filtró al local por una grieta, en el transcurso del mes de enero. Nuestra edición del jueves informó en detalle sobre el hecho. Según el encargado de la repartición, la cantidad de gráficos perjudicados equivale a un cinco por ciento del conjunto que posee el archivo. Este está emplazado en 9 de Julio sexta cuadra, en un subsuelo de la sede municipal.
   Desde dos puntos de vista, por lo menos, puede comentarse el acontecimiento. Este resulta, por cierto, perjudicial en alto grado para algo tan significativo como es la memoria gráfica de la ciudad que habitamos. En primer lugar, es evidente que el local del archivo no era en absoluto adecuado para la guarda de ese tipo de documentación. Es bien conocido que los papeles, y mucho más si tienen cierta antigüedad, requieren para su conservación de ámbitos libres de toda humedad y, obviamente, a salvo del ingreso de agua de lluvia. Los planos debieron haberse guardado en otra parte y en otras condiciones, cosa que evidentemente no se hizo. No es raro que así ocurra, ya que constituye un criterio bastante generalizado en las reparticiones considerar a sus archivos el departamento de menor importancia dentro de la actividad que desarrollan. Bien lo denuncia el hecho de que, en el lenguaje común, se dice que se “manda al archivo” a un empleado cuando se le quiere dar el destino más desfavorable, a título de castigo. De tan equivocado criterio -que choca frontalmente con los modernos conceptos de guarda de material- no puede sino derivar la localización descuidada e inconveniente de los papeles que no se utilizan a diario y a los que, por esa causa, no se les concede la importancia que poseen.
   El otro punto a tocar tiene que ver con el futuro. La pérdida de material que la filtración del referido archivo ha producido, debe tener algún efecto positivo. Nos referimos a lograr que la atención de las autoridades comunales enfoque resueltamente sobre este ámbito de su tarea. Es urgente implementar, para  la guarda de los planos antiguos y modernos de la ciudad, un local que resulte adecuado para que ese conjunto se conserve en razonable buen estado. Si en el edificio municipal, a lo que parece, no existen instalaciones de ese tipo, corresponde habilitarlas afuera, sea en propiedades comunales o en locales alquilados. Dentro de toda ciudad civilizada, se considera del más alto valor el tipo de documentación a la que nos referimos. En Estados Unidos o en Europa, como se lo puede apreciar incluso en el cine, los planos se guardan siempre. Por lo general todos están digitalizados y hasta disponibles para consulta pública por vía electrónica. Ello permite tener el control de todo lo que se construye dentro de la ciudad, como también información indispensable para las situaciones más diversas, en un arco que va desde las planificaciones generales hasta las emergencias de catástrofe.
   No puede decirse que Tucumán carezca de una tradición positiva en materia de conservar su documentación escrita. Sus archivos, tanto el General como el Histórico, figuran entre los más importantes del interior del país. No puede afirmarse lo mismo, en cambio, con referencia a la documentación cartográfica. Se trata de una grave falencia que es preciso corregir sin pérdida de tiempo. No debe olvidarse que somos responsables, ante las generaciones venideras, de conservar debidamente los planos de nuestra capital.

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