"Si pudiera nacer de nuevo, sin duda elegiría ser actriz otra vez"

"Si pudiera nacer de nuevo, sin duda elegiría ser actriz otra vez"

Diana Ingro, una de las artistas destacadas de la época de oro del cine argentino, llegó a Tucumán como invitada al estreno de la obra "Fiesta en los Irala". Un homenaje a su trayectoria.

ENTUSIASMO INTACTO. Diana Ingro, protagonista de más de 25 filmes, asegura que si recibiera buenas propuestas no dudaría en retomar los escenarios. LA GACETA / ANALIA JARAMILLO ENTUSIASMO INTACTO. Diana Ingro, protagonista de más de 25 filmes, asegura que si recibiera buenas propuestas no dudaría en retomar los escenarios. LA GACETA / ANALIA JARAMILLO
18 Octubre 2006
Camina erguida, como si estuviera sobre una pasarela. El cabello impecable y la sonrisa franca. "Soy Diana Ingro", dice mientras se ubica en la sala de entrevistas. Y casi de inmediato, comienza la charla. "Hace mucho que no vengo por Tucumán. Me asombra comprobar cuánto cambió", asegura. Y agrega: "tengo muy buenos recuerdos de la última gira que hice por estas tierras". Claro que, en esta oportunidad, la actriz no vino de gira. Llegó para asistir hoy al estreno de la obra "Fiesta en los Irala", del dramaturgo tucumano Leonardo Iramain. En la oportunidad, Ingro será declarada Miembro de Honor de la Fundación Iramain y recibirá un homenaje del grupo de teatro El Telón.
Ingro (en realidad se llama Susana Unía) es una de las pocas actrices que puede hablar con holgura de la época de oro del cine argentino. Y con razón. Filmó bajo las órdenes de Armando Bo, Daniel Tinayre y Luis César Amadori; y compartió el cartel con legendarias estrellas como Mirtha Legrand, Amelia Bence, Luis Sandrini, Narciso Ibáñez Menta, José Cibrián y Guillermo Bredeston, entre otros. "En aquellos años había un abismo enorme entre el vocabulario cotidiano y la forma de hablar en las películas. Hoy, las cosas son distintas. Los actores actúan con mucha más naturalidad. Son espontáneos. Aunque muchas veces esa espontaneidad cae en la grosería. Sobre todo en televisión", asegura. Pero su amor por el escenario sigue intacta. Después de haber filmado más de 25 películas, Ingro confiesa que la actuación fue, es y seguirá siendo su pasión. "Yo me recibí de profesora de letras y actualmente estoy dedicada de lleno a la presentación de libros. He dejado totalmente de lado los escenarios. Pero, si pudiera nacer de nuevo, sin lugar a dudas elegiría ser actriz otra vez", acota. De hecho, confiesa que si le propusieran un papel interesante, no dudaría en volver al cine o a la televisión. "Dejé de actuar porque todas las propuestas que me hacían no me convencían. No tanto por el peso del papel, sino más bien por su contenido. Yo nunca he medido la extensión de un papel. Si me llegaba al alma, lo tomaba", agrega.
De todas las películas que hizo, recuerda con mucho entusiasmo "La cigarra no es un bicho" (1963). "Hasta ese entonces, yo era conocida más como una actriz dramática. Pero Tinayre, para esta película, me propuso hacer de vedette. Me dijo: ?tenés un cuerpo escultural y hay que explotarlo?. Así hice mi primer papel cómico. Y, la verdad, que mal no me fue", culmina.


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