Hugo Moyano, el dueño de un poder hegemónico

Hugo Moyano, el dueño de un poder hegemónico

Si quiere, el líder de la CGT puede para el país y el Presidente lo respeta por ese motivo. Inquietud entre empresarios. Analistas coinciden en que el camionero marcará los tiempos en el debate salarial.

Por el momento, a Moyano el traje de Napoleón no le queda mal. Por el momento, a Moyano el traje de Napoleón no le queda mal.
16 Abril 2006
Si se lo propone, el conductor de la CGT tiene la capacidad de paralizar la Argentina desde el gremio de los camioneros. En eso se sustenta el respeto que el presidente Néstor Kirchner tiene por Moyano. Por esa razón, el jefe de Estado prefiere no confrontar con el sindicalismo peronista, como por ejemplo, sí lo hace con empresarios, políticos y hasta entidades internacionales. Analistas políticos consultados por LA GACETA coinciden en que Moyano marcará los tiempos en las discusiones por mejoras salariales a los trabajadores argentinos.
El liderazgo del sindicalismo peronista que ostenta el camionero no está, por ahora, en discusión. Los gremios denominados "gordos" están en una posición defensiva, ya que el Presidente y Moyano los ligan a la década menemista. A los empresarios nacionales les inquieta el poder político y económico que alcanzó, en los últimos tiempos, el dirigente camionero. Partidario de la reelección de Kirchner, Moyano transita por la senda de un acompañamiento incondicional hacia el mandatario y entre las presiones de las bases por la distribución de la riqueza.


Durante los casi tres años de gestión (se cumplen dentro de 40 días), el presidente de la Nación, Néstor Kirchner, confrontó con casi todos los actores de la vida política y económica de la Argentina y hasta puede decirse que les "mojó la oreja" a poderosas entidades externas, como el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, hasta ahora, aquel espíritu combativo de Kirchner no fue aplicado en relación con uno de los sectores con mayor poder de movilización: el sindicalismo peronista.
El dirigente camionero Hugo Moyano es hoy el fiel reflejo del poder gremial. En los últimos días, el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) consolidó su relación con el Presidente, poniéndoles techo a los reclamos de mejoras salariales (hasta un 20%). Pero también "marcó la cancha" de que su liderazgo no puede ser discutido por otros dirigentes, los llamados "gordos" que sí tuvieron protagonismo durante la década menemista. Analistas consultados por LA GACETA consideran a Moyano como "un abrepuertas" de la Casa Rosada.

Alianza estratégica
El dirigente camionero logró consolidar su hegemonía en base a su alianza estratégica con otro gremio: la Unión Tranviarios Automotor (UTA), encabezado por Juan Manuel Palacios, actual secretario de Prensa de la CGT. "Ambos gremios tienen la fuerza suficiente como para paralizar al país y en eso radica la no confrontación de un reflexivo Kirchner ante el poder sindical", señala el analista político Carlos Germano. "De hecho, Kirchner y Moyano fueron los protagonistas centrales de la discusión salarial; hoy el dirigente camionero está lo suficientemente sólido y nadie está en condiciones de discutirle el liderazgo gremial", expresa.
En esto coincide el director de Observatorio Electoral, Julio Burdman. "Moyano se convirtió en un actor clave en la vida política argentina por su cargo en la CGT y por la capacidad de daño de sus transportistas", dice. Y esto le permitió al gremio de los camioneros convertirse en la nueva "vara de medida" de las paritarias, como antes lo fue la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).

La distribución de la riqueza
Burdman afirma que hoy el sindicalismo está razonablemente unido por la lógica del hiperpresidencialismo. "Como Kirchner es el mentor de la distribución de la riqueza y tiene capacidad de influencia sobre la política sindical, no es el momento de alterar liderazgos", señala.
Sin embargo, el analista aclara que ya se están observando algunas tensiones entre moyanistas y el club conformado por Rodolfo Daer, Armando Cavalieri, José Pedraza y Carlos West Ocampo, entre otros, conocidos como "los gordos". "El rol de Moyano, el futuro de la inflación y la unidad sindical son todas caras de un mismo prisma, unidas por el espacio central que ocupa Kirchner", enfatiza Burdman.
Pese a ese escenario, la hegemonía sindical de Moyano no se discute, porque sería enfrentar al Presidente, de quien es su interlocutor. "Es hoy la vedette política y hasta podría imaginarse un futuro político junto a Kirchner o, tal vez, en la vereda de enfrente", sintetiza el sociólogo Julio Godio.

Comparaciones
Aunque resulta odiosa para algunos, la conducta de Moyano puede compararse a la de viejos dirigentes sindicales.
Por ejemplo, el analista Carlos Germano dice que Moyano usa la estrategia de "golpear primero y negociar después", que aplicó Augusto Vandor, quien, en la década del 60, lideraba la poderosa UOM.
Antonio Guerrero, un viejo dirigente del PJ tucumano, dice que más bien tiene un perfil combativo similar al del líder gráfico de la CGT de los Argentinos, Raimundo Ongaro. "Claro que ahora el Gobierno no es confrontativo con los sindicatos", aclara.
Otros lo comparan con Saúl Ubaldini, porque fustigó las políticas económicas de los gobiernos no peronistas.
Moyano, en cambio, se asemeja a Kirchner, ya que ambos criticaron a Carlos Menem y desconfían de los sindicatos "gordos".

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