Momentos de angustia y preocupación viven muchos productores rurales en Corrientes. Los incendios que afectan a la provincia no cesan y están causando daños irreparables.

José Viscaychipi, un pequeño empresario que se dedica al negocio agropecuario, tomó todas las precauciones para enfrentar el fuego junto a empleados, amigos, familiares y voluntarios. Sin embargo, su campo de 100 hectáreas dedicadas al agroturismo se quemó completamente.

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"Desde 2010 trabajo en el Paraje Galarza. Hago, hacía, voy a volver a hacer ecoturismo que es una digna forma de quedarse en el pueblo y la actividad rural", afirmó en diálogo con Infobae.

El correntino contó que desde que su establecimiento fue reducido a cenizas no para de hablar por teléfono, responder mensajes, saludos, deseos de que encuentre la fuerza para seguir adelante y ofrecimientos de ayuda. "Ayer estaba deprimido y lleno de tristeza. Hoy lloro de alegría. Son impresionantes las llamadas, la colaboración. Hay mucha humanidad y mucha gente buena", sostuvo.

Portal Galarza es una vía de ingreso a los Esteros. El establecimiento recibía turistas por el día, ofrecían desayunos camperos, charlas de interpretación, excursiones por las lagunas, asado y caminatas dentro del campo.

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"Usamos los Fire -N. de la R: las camionetas de combate al fuego-, sopladores para ahogar el fuego, hicimos cortafuegos para evitar que avance. Y peleamos bastante bien, con colaboradores, vecinos, amigos, fueron unos tigres. Pero no se pudo", relató.

Viscaychipi indicó además que a las 48 horas de combate, el problema es que alrededor de Portal Galarza tenías perdigones de fuego por todos lados. No importa para donde cambiaba el viento, siempre te traía fuego de algún lado. Fuimos haciendo lineas de fuego por todos lados".

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"Fuimos haciendo lineas de fuego por todos lados. Pero me quedó un monte de eucaliptos que no pude quemar preventivamente porque sino mandaba fuego al Paraje Galarza. Esperé para hacerlo a último momento, si es que ya había fuego en el paraje. Pero cuando entró, entró una bola de fuego de 300 metros de ancho, 500 grados y todo al mismo tiempo. Una explosión fue eso. Salimos porque dijimos ‘o salimos o nos morimos", añadió.

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En esta línea, el empresario indicó que "se me quemaron todos los senderos, carteles. Un glamping -N. de la R.: una instalación para acampar con comodidades extra-, no habilitado para turistas, pero lo estábamos probando como para en un futuro expandirlo. Se me quemó el house con una cocina con 150 platos, 3 baños, 280 metros cuadrados de galería. También una pasarela de 100 metros al costado del canal, bombas, tanques de agua. De todo".

"En Esteros del Iberá el daño es tremendo. Naturalmente un bioma como el humedal se sobreinunda cada 10 años y se quema cada 10 años. Son cosas naturales. Pero el daño en este caso es enorme. Entonces el Estero tienen capacidad de recuperarse. Pero esa capacidad se limita si los humanos no aprendemos a manejar el fuego", señaló.

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"La gente tiene que aprender a manejar el fuego en el campo. Tenemos que aprender de esta tragedia", finalizó.