WASHINGTON.- El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, insistió en que las elecciones fueron falsificadas y sugirió que acudirá a la marcha en su favor convocada para esta tarde. Sin embargo, mientras ya casi finaliza el recuento de sufragios, cada vez son más los votos electorales de Joe Biden, las pruebas contra el supuesto fraude y los aliados, ex asesores y Gobiernos que reconocen la derrota republicana.

Así, ayer la prestigiosa consultora Edison Research confirmó los resultados de los últimos Estados que estaban indefinidos: adjudicó Georgia y Arizona a Biden y Carolina del Norte a Trump, de manera que los demócratas obtuvieron 306 votos en el Colegio Electoral (contra 232 de los republicanos) y, en consecuencia, la presidencia del país.

La Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA, por sus siglas en inglés) informó que los comicios del 3 de noviembre fueron los más seguros de la historia norteamericana y que en ningún momento detectó indicios de manipulación de votos o fallas en los sistemas de recuento. “No hay pruebas de que algún sistema de votación haya eliminado o perdido votos, alterado votos o haya resultado afectado de alguna manera”, dictamina un comunicado conjunto remitido por la CISA y el Consejo de Coordinación Gubernamental de Infraestructura Electoral (GCC).

La publicación sale así al paso de los rumores diseminados por Trump y su equipo de campaña, que han acusado a la empresa de software de votación y máquinas electorales Dominion Voting Systems de eliminar y alterar votos destinados al mandatario.

Por su parte, el ex asesor de Seguridad Nacional John Bolton, nombrado por Trump en 2018 y despedido al año siguiente, les pidió a los republicanos que reconozcan el resultado electoral. “Puede que a los republicanos no les guste aceptar que Biden es el ganador, pero el país merece darle la preparación necesaria”,exhortó.

Además, Bolton desestimó las acusaciones de fraude por infundadas. “Los argumentos de Trump se basan en conspiraciones. Al parecer es una conspiración tan exitosa que no hay pruebas de ella”, ironizó.

El general Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto, descartó que el Ejército vaya a apoyar la permanencia de Trump en el poder y transmitió su preocupación por las recientes dimisiones y nuevas designaciones en el Pentágono. “No juramos defender a un rey o una reina, a un tirano o un dictador. No juramos defender a un individuo, una tribu o una religión. Juramos defender la Constitución”, sentenció. Es la respuesta pública al cese de Mark Esper como secretario de Defensa y a los nombramientos de políticos del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca en puestos clave de ese departamento.

El sábado, cuando la prensa norteamericana y Edison Research declararon ganador a Biden, la mayoría de los presidentes y primeros ministros democráticos se apuró a saludarlo. En cambio, otros jefes de Estado, como Vladimir Putin, Jair Bolsonaro o Xi Jiping, prefirieron callar o aclarar que esperarían hasta la publicación de los resultados oficiales.

Sin embargo, el Gobierno chino envió por fin sus felicitaciones a Biden y la vicepresidenta electa, Kamala Harris. Por su parte, el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, consideró que la victoria del Partido Demócrata es cada vez más irreversible y anticipó que no pasarán muchos días hasta que su país reconozca en forma oficial el resultado de las elecciones. Trump era un aliado clave de Bolsonaro. (Reuters- Europa Press)