BUENOS AIRES.- Oscar Centeno, el chofer de Roberto Baratta cuando se desempeñaba como número dos del Ministerio de Infraestructura durante el kirchnerismo, admitió que destruyó los ocho cuadernos en los que durante una década habría registrado, de puño y letra, los presuntos pagos de sobornos de empresarios a los gobiernos de los ex presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.

“Los quemé en la parrilla del fondo de mi casa”, declaró el viernes por la noche al juez federal Claudio Bonadio, a cargo del caso que conmociona a la Argentina.

Centeno dio al juez “lo que jura que es su última versión sobre el destino de los ocho cuadernos en los que detalló rutas, pagadores y destinatarios de coimas” entre 2005 y 2015, según dio cuenta el diario La Nación, que el miércoles reveló la supuesta trama de corrupción del kirchnerismo.

Cuatro empresas mencionadas en los cuaderno de las coimas hicieron obras en Tucumán

Según Centeno, los cuadernos fueron quemados “cerca de mayo de este año” porque “le estaban trayendo muchos problemas”. Además, aseguró que llevó adelante la destrucción de esas anotaciones sin que hubiera testigos de lo que estaba haciendo.

Ya son 16 los detenidos por el cuaderno de las coimas

El hombre declaró bajo la figura legal de testigo protegido, un beneficio que le otorgó Bonadio después de escuchar su última declaración en los tribunales de Buenos Aires. Tras dar su testimonio, Centeno fue excarcelado.

Impunidad

La Justicia argentina investiga si los Kirchner lideraron una asociación ilícita que cobraba sobornos para la concesión de contratos de obra pública, informó el fiscal Carlos Stornelli.

La ex presidenta y ahora senadora, de 65 años, fue citada a declaración indagatoria para el próximo 13. En paralelo, Bonadio pidió al Congreso que le permita allanar sus tres domicilios en Buenos Aires, en El Calafate y en Río Gallegos.

Niegan la excarcelación a los detenidos y liberan al chofer de los cuadernos

La ex mandataria no hizo aún declaraciones sobre el tema, aunque dirigentes de su espacio político opinaron que la acusación fue promovida por el Gobierno de Mauricio Macri para perjudicarla políticamente, dada su eventual candidatura a presidenta; y para distraer a la opinión pública de la crisis económica y financiera.

“Más que nunca necesitamos que la Justicia nos demuestre que no hay impunidad”, reclamó Macri el viernes.

La causa judicial surgió de una investigación periodística que tuvo acceso a los cuadernos escritos por Centeno en los que habría anotado fechas, nombres, direcciones y cantidades de dinero relativas a viajes que habría realizado entre 2005 y 2015.

El objetivo de esos viajes era buscar bolsos con dinero de supuestos sobornos de empresarios y entregarlos en la residencia presidencial de Olivos, en la vivienda privada de la familia Kirchner o en despachos oficiales.

Los cuadernos fueron fotocopiados por periodistas de La Nación, quienes hicieron además una copia en alta definición. Luego, entregaron una copia del material a la Justicia.

Entrega

El ex policía federal Jorge Bacigalupo confesó en la noche del viernes al canal La Nación + que Centeno le dio hace tiempo los cuadernos para que se los cuidara y que decidió entregarlos a la prensa para que se conociera la presunta trama de sobornos.

Quince personas, entre ex funcionarios y empresarios, permanecen detenidos en el caso. Uno de ellos, Juan Carlos de Goycoechea, ex CEO de la filial en Argentina de la compañía española Isolux Corsán, admitió ante la Justicia haber pagado dinero al Gobierno de Fernández de Kirchner.

Según Garavano, el caso de los cuadernos “presenta una magnitud significativa”

De Goycoechea dijo al fiscal Stornelli haber recibido supuestos “aprietes” (presiones) para aportar dinero a las campañas electorales del kirchnerismo, indicaron los diarios “La Nación”, “Clarín” y “Perfil”. (Ver aparte)

Se trata del primer empresario detenido en el caso que se muestra dispuesto a declarar. (DPA)