Poco importa la copiosa lluvia que azota al complejo “Natalio Mirkin” durante la práctica de miércoles. Rubén Forestello no saca el pie del acelerador. No para un segundo, se mueve de aquí para allá, da mil indicaciones por segundo y hace hincapié en cada jugada que deja al descubierto la sesión de fútbol reducido que diagramó para sus pupilos.

Desde el mismo momento en que llegó a Tucumán, el entrenador dejó en claro que quiere un equipo intenso, filoso e incisivo. Y, en cada práctica, parece enseñar con el ejemplo. “Creemos que de esta manera vamos a lograr el equipo que pretendemos”, explica en diálogo con LG Deportiva el método de trabajo de su cuerpo técnico.

“Yagui” está encima de sus jugadores. Grita, indica, explica qué y por qué quiere determinada cosa. Es una manera de amaestrar; de automatizar un sistema para que los fines de semana funcione solo. “Cuando comienza a rodar la pelota dejamos de estar cerca de los jugadores. Aunque la idea siempre va a ser que haya intensidad, que seamos protagonistas. Pero también hay un rival y tenemos que aprender a sacar adelante los partidos. La idea es ser nosotros mismos y que la gente se identifique con nuestro juego”, asegura el hombre que deberá recuperar la mística de La Ciudadela.

San Martín hace años que sufre horrores jugando en casa. De hecho, en las últimas temporadas le fue bastante mejor jugando lejos de su reducto. Pero claro, para ser protagonista de un torneo es clave hacerse fuerte de local. Y Forestello lo sabe mejor que nadie. “Ojalá que todo nos salga bien desde el primer partido”, implora, sabiendo que la sacarse la presión extra depende pura y exclusivamente de su cuerpo técnico y de los jugadores. “La gente está siempre, no vamos a descubrir nada. Sólo hace falta generar fútbol y entusiasmo; trabajar para que desde el campo salga hacia las tribunas. Queremos hacer valer a nuestros hinchas, que a la presión la tengan los rivales”, agrega.


Pero primero lo primero. “No hay que apresurarse. En el fútbol no se puede saltar cuatro escalones, hay que ir despacio”, afirma, pidiendo casi a gritos que la pasión se genere puertas adentro; en el verde césped. “Hay que generar una idea de juego y transmitirla hacia afuera jugando bien, entregando todo. Si nosotros hacemos nuestra parte, se va a hacer mucho más fácil jugar en casa”.

Los Andes pinta como una durísima primera prueba. En el primer juego del año, San Martín está necesitado a sumar de a tres para comenzar a recortar la brecha con los rivales que tiene por encima en la tabla de posiciones. “Es un inicio de torneo y, como todos, será muy duro. Hay que trabajar el partido y ser protagonistas. Nuestra idea siempre será tener el balón; pero por sobre todas las cosas generar situaciones. Esperemos que podamos lograrlo”, sentencia el DT que no descansa ni un segundo pensando en lograr un objetivo que para él parece de vida o muerte.