El consumo masivo actual se caracteriza por un consumidor “hiperracional, que compra lo estrictamente necesario, prioriza el precio, no desperdicia, camina, compara, adquiere nuevas marcas si son más económicas y no se deja engañar por ofertas engañosas”, indicó un informe privado.

El reporte “ADN Social” de la consultora BACanal incluye el comportamiento del mercado de consumo masivo y relevó de forma online en julio a 1.500 consumidores de varias edades y clases sociales de la Ciudad de Buenos Aires, el Gran Buenos Aires y algunas provincias. “El consumidor es hiperracional y ya aprendió: si compra de más, siente que está desperdiciando y, en caso de que mejore su poder adquisitivo, 22% de los encuestados dijo que seguirá adquiriendo de la misma forma, mientras que 40% sostuvo que se restringirá en sus compras”, una de las fundadoras de BACanal, Patricia Sosa.

Agregó que el consumidor “hace cuentas, prueba marcas, anota los gastos de manera minuciosa y se considera mejor administrador por buscar la opinión y la recomendación de otros”.

Respecto del uso de tarjetas de crédito, Sosa dijo que observaron un “uso controlado, solo en casos de emergencia”, ya que “el poder adquisitivo y la necesidad de administración racional restringe el uso del plástico”. “Dos tercios de los encuestados dijeron que el poder adquisitivo se les deterioró y seis de cada 10 respondieron que sus sueldos evolucionaron por debajo de la inflación”, señaló. Además, “los clientes son infieles respecto de los canales de compra y visitan 5,6 lugares en promedio en busca del precio más conveniente”.

Sosa detalló que los más visitados son los negocios de cercanía, como los autoservicios, almacenes y los formatos pequeños de los supermercados. “Antes, las clases medias altas compraban todo en un mismo canal, pero ahora visitan distintos sitios; las clases más bajas no acuden a tantos canales porque no tienen posibilidad de desplazarse a tantos lugares”, sostuvo.

Por otra parte, como factor novedoso destacó que “se están volviendo a imponer los negocios especializados, ya que el 32% de los encuestados dijo que visita comercios como las granjas, las carnicerías y verdulerías. “La gente tiene recelo con los hipermercados: más del 50% los castiga porque considera que su margen de ganancia es exagerado”, describió.

El 52% de los encuestados aseguró haber cambiado por un lugar de compra más económico y la marca propia “viene en subida”: el 32% opta por marcas propias en todas las categorías de productos, en tanto que 14% no compra ninguna marca propia.

“Tradicionalmente, el consumidor argentino fue marquista, pero ahora el 52% es racional, el 29% es marquista y el 19% economicista; el racional busca la mejor relación entre precio y calidad, el marquista prioriza la marca y el economicista privilegia el precio”, según explicó la experta en la presentación del informe.

Sosa agregó que “el consumidor es racional cuando adquiere especialmente alimentos secos no perecederos y le genera fastidio cuando las marcas no cumplen con el precio comprometido”.

Por último, la consultora indicó que la tendencia a stockearse de productos ante la inflación comenzó en 2015 pero esa variante “ya está muy racionalizada” y sostuvo que la “vedette” del consumo masivo es el canal mayorista, en el que muchas familias se juntan para comprar productos a granel a bajo precio. (Télam)