BELO HORIZONTE.- (De nuestro enviado especial, Guillermo Monti) Lejos del Fan Fest, el centro de Belo Horizonte se asemejó a una zona de guerra. La batalla arreció durante la ceremonia inaugural, cuando los manifestantes volcaron un auto frente a la Jefatura de Policía. Las marchas habían empezado al mediodía en la avenida Afonso Pena.

Fueron la continuidad del plan de lucha que varios grupos llevan adelante contra la política de salud, de educación y de desarrollo social del intendente Mario Lacerda. Entre los manifestantes había maestros, profesores universitarios y empleados públicos, en especial de la sanidad y del transporte. La Policía parecía tener controlada la situación, pero pasadas las 16 todo se desmadró y los efectivos se vieron obligados a reprimir. “Queremos una Copa linda y en paz”, decían los manifestantes, pero los discursos fueron mucho más duros y condenaron los millonarios gastos que afrontó Minas Gerais para albergar el Mundial.