San Martín dejó pasar dos veces el tren -contra Gimnasia, de Entre Ríos y contra Tiro Federal- y ahora sufre. Si el equipo dirigido por Arnaldo Sialle hubiera ganado ambos duelos ya estaría clasificado al Nonagonal Final junto a Guaraní y Santamarina.

Pero de nada sirve hablar de supuestos. La realidad del “santo” es dura y llega a la última jornada con la soga al cuello. San Martín no depende de sí mismo para asegurar el pasaporte a la ronda que definirá el primer ascenso a la B Nacional, por lo que debe vencer a Gimnasia y Tiro en Salta y esperar una combinación de resultados.

El reglamento del torneo establece que: en caso de existir igualdad en puntos al término de la disputa de alguna de las zonas, a los efectos de establecer una clasificación en esta fase se aplicará el siguiente sistema:

En favor del club que, considerando exclusivamente los partidos disputados en los partidos jugados en la primera fase contra aquel o aquellos con los que hubiera empatado la posición, hubiera obtenido mayor cantidad de puntos o, en caso de empate, en el siguiente orden: a) mayor diferencia de goles, b) mayor cantidad de goles a favor y c) mayor cantidad de goles a favor como visitante.

Si luego de esto la paridad aún existe se recurrirá a la tabla general y, según el reglamento a los siguientes puntos: d) mayor diferencia de goles, e) mayor cantidad de goles a favor y f) mayor cantidad de goles como visitante.

De acuerdo a esto San Martín, para poder clasificarse necesita derrotar a Gimnasia en la última jornada y esperar que Central Córdoba, o Tiro Federal, o Juventud Unida (G) no ganen sus partidos. Aunque también podría clasificarse empatando en Salta. Pero para que esto ocurra deberá esperar un triunfo de San Jorge sobre Central Córdoba y que Tiro Federal sume al menos un punto para evitar un posible triple empate con los rosarinos y Libertad.

San Martín debe hacer su parte y esperar una mano divina para sacar su boleto a la ronda final.