En este clásico todas las miradas estuvieron puestas en Fabricio Lenci, el hombre que se cruzó de vereda y fue protagonista de la novela tucumana del verano. Había que seguirlo de cerca, mucho más luego de algunas declaraciones de sus ex compañeros que denotaban algo de enojo por la decisión que había tomado el punta. A él, poco le importó.

Lenci tuvo un debut con todos los condimentos. Un cabezazo en el palo, mucho sacrificio y algunos encontronazos con sus ex compañeros. “En la única que me enojé fue con Longo que me insultó. Pero ya está, todo queda en la cancha”, dijo Lenci, que no le dio mucha importancia a la gresca. Sus ex fueron al límite cada vez que iban a buscar una pelota frente a él, que prefirió mirar para otro lado. “Ellos son ex compañeros, mis amigos están en mi pueblo”, sentenció.

La relación hincha-jugador arrancó con todo. Desde los cuatro costados bajaron aplausos cuando ingresó en lugar de Luis Silba. Pero para él lo llamativo fue otra cosa. “Cuando llegábamos en el micro, el recibimiento de la gente al plantel me puso la piel de gallina. Eso en Atlético no lo viví nunca”, reveló Fabricio y se ganó el corazón de muchos en La Ciudadela. Lenci quiere el ascenso y dice que sería un premio para un plantel de primera. “Este grupo es bárbaro, me recibieron muy bien. Son grandes personas”, finalizó.