Cuando las ideas se agotan en la meca del cine, las adaptaciones son una alternativa para volver más fructífero el negocio. Tal es así que -pese a la ausencia de guiones originales- los grandes estudios llevan a la pantalla grande producciones basadas en cómics, artículos de revistas, cuentos, juguetes y videojuegos.

"Silent Hill 2: Revelación 3D" (esa es la traducción literal del título original) se enmarca en el último tipo de adaptaciones. Luego del éxito de la primera entrega esta vez apela a las tres dimensiones, recurso que favorece al género del terror. Porque "Silent Hill..." es -de hecho- un festín de originales monstruosidades y sangre a borbotones.

La trama no difiere mucho de su predecesora, pero el 3D cambia la perspectiva e intensifica la sensación del miedo. Cuando cumple 18 años, Heather Mason decide buscar a su padre. Las pesadillas que la acechan la conducen a la misteriosa Silent Hill, ciudad en la que la niebla es eterna y dónde horripilantes criaturas subnormales se las ingenian para hacer saltar de la butaca a los espectadores.

"La película parece aspirar a ser algo así como un delirio bizarro a lo David Lynch / David Cronenberg, pero nunca acaba de abrazar su propia locura", afirmó el periodista Mark Olsen, de Los Angeles Times. Dirigida y escrita por Michael J. Bassett ("Solomon Kane"), y protagonizada por Sean Bean ("Troya") y la irresistible Carrie Anne Moss ("Matrix") la adaptación del videojuego promete más alaridos que la primera versión.