Por Mariano Pérez de Eulate - NA

BUENOS AIRES.- Al menos en los primeros dos años de su segundo mandato, Cristina Fernández tendrá una oposición fragmentada, buscando cómo recuperarse del arrollador triunfo del oficialismo. Nunca antes un Presidente tuvo esa ventaja objetiva para encarar un inicio de gestión. Sería tan necio negar que Cristina ganó la continuidad por méritos propios como desconocer que la oposición le dio una mano gigante.

Hace apenas dos años el clima en el kirchnerismo era casi de velorio luego de la derrota en los comicios legislativos, que tuvo como cara visible al fallecido Néstor Kirchner. Pero los opositores, en especial el peronismo crítico, nunca supieron capitalizar esa victoria, que no fue arrolladora pero melló al oficialismo en el Congreso.

Acaso el PJ opositor haya dado señales de lo que deberá afrontar de ahora en más con el regreso al oficialismo de Felipe Solá. Es probable que se den otras deserciones de dirigentes que en esta elección jugaron con Eduardo Duhalde o con Francisco De Narváez, quien ya perdió dos veces frente a Daniel Scioli en Buenos Aires. Y es una creencia extendida en el macrismo: Mauricio Macri necesita de un soporte justicialista para extender su proyecto fuera de la Capital Federal. El Frente Amplio de Hermes Binner disfruta un pequeño triunfo: de salir cuarto en agosto logró ahora subirse al podio. Como todo collage de partidos, el desafío inicial del FAP es mantener la cohesión interna.

El radicalismo sufrió una derrota sobre la derrota. Ricardo Alfonsín, que sabía que ganarle a Cristina iba a ser un milagro, vio naufragar aquella idea de polarizar para darle a la UCR mayor representación parlamentaria.

Será difícil que sus correligionarios no le endilguen a él (y a su fallida decisión de aliarse con De Narváez) la responsabilidad de haber perdido el segundo lugar de agosto. De retroceder aún más.

Eduardo Duhalde dijo que no piensa retirarse. Tal vez no sea una decisión que pueda tomar él. Quedará peligrosamente al borde de la vetustez. Acaso sería diferente la historia si se hubiera aliado con Alberto Rodríguez Saá.