Las madres que tienen hijos chicos agradecerán un día en un spa, entre masajes relajantes y limpiezas de cutis. Las que dejaron de cambiar pañales, quedarían felices con un buen perfume, una cartera importante o un conjunto de ropa sport. Si sus hijos son grandes, quizás disfruten de un libro o un almuerzo en familia. Hay muchas formas de envolver los afectos en papel celofán.